La isla de Cuba es uno de los destinos turísticos de muchos visitantes de todo el mundo, principalmente Europa y Norteamérica. No es solo la temperatura agradable, o las playas caribeñas, sino también la mezcla de cultura con tradición que se vive en las calles. La mayoría de las ciudades ofrecen a la vista un paisaje ecléctico, donde confluyen edificios construidos desde la colonia española, con algunos de estilos arquitectónicos más recientes.
Es por esto que los turistas, aunque estén alojados en hoteles de playa, al menos planifican un día de su estancia para conocer sitios cargados de historia, algunos en los que parece que el tiempo se ha detenido. Hoy recorremos la Isla de la Punta de Maisí, hasta el Cabo de San Antonio, para hablar de algunos de los sitios preferidos por los extranjeros en Cuba.
Baracoa es reconocida como la Ciudad Primada, por ser esta la primera fundada por los españoles luego de su llegada a la isla, en 1492. Su nombre, es de origen Arauco, y significa existencia de mar, y es que en esta villa, fundada en 1511, se unen los ríos con el mar, así como el café con el mejor chocolate del país.
El municipio es Monumento Nacional, entre los principales atractivos que se encuentran está la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, primera iglesia fundada en Cuba, que aún conserva su cruz original, el Parque Alejandro de Humboldt, la mayor reserva natural de Cuba que también ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad, y el Paso de los Alemanes, un túnel que se ha generado de manera natural, por el movimiento tectónico de la región.
Siguiendo por el oriente, Santiago de Cuba se alza entre las preferidas tanto de locales como de foráneos, sus plazas perfectamente conservadas, además de su Calle Enramadas, que atraviesa la mayor parte del centro de la ciudad, desde la Plaza Marte hasta la Alameda, son inspiradoras para todo aquel que la visite. Santiago es la “tierra caliente”, pues suele tener las temperaturas más altas, pero es también la cuna de la trova cubana, y es por ello que por las esquinas abundan los trovadores.
Es, también, archiconocida por sus congas, que con solo una nota tocada en la trompeta china, puede movilizar a miles de personas. En Santiago igualmente se bebe un café exquisito, y además se puede complementar el ocio con las visitas a lugares históricos y de alto nivel Patrimonial como el Cementerio Santa Ifigenia, el Castillo de San Pedro de la Roca, o el Santuario de la Virgen del Cobre.
En el norte de la zona este de Cuba, se encuentra Holguín, provincia de playas exquisitas que la convierten en el tercer destino preferido para vacacionar. Pero además de estas, en Holguín está Gibara. Situado a solo 33 kilómetros de la capital provincial, poco más de 30 minutos, Gibara, la Villa Blanca, es un pueblo de mar, sereno que en 2004 fue declarada Monumento Nacional. No solo pueden apreciarse construcciones coloniales como la casona de Santa María, o la batería de Fernando VII, fortín que protegía la ciudad, sino también se puede disfrutar de una gastronomía costera, donde los pescados y mariscos son protagonistas.
Quien llega a Gibara se enamora de su belleza y su apacibilidad, así como de la amabilidad de quienes allí viven. Gibara es, además, desde hace 20 años la sede del Festival Internacional de Cine, conocido también como Cine Pobre, que cada año atrae a cientos de cubanos y extranjeros, por lo emocionante e interesante de este evento.
En el centro del país, se encuentra Camagüey, la más extensa provincia, y también una de las más importantes en la historia de Cuba. Declarada Patrimonio de la Humanidad, posee el Centro Histórico más extenso de Cuba, y es aquí donde se enamoran los visitantes de las calles adoquinadas que conforman ese laberinto detenido en el tiempo, que es Camagüey.
Son apreciables sus plazas, sus iglesias coloniales entre las que destaca la de San Juan de Dios, por ser una de las dos en Hispanoamérica que posee la imagen de Antropomórfica de la Santísima Trinidad, tallada en madera preciosa. La mayoría de las casas de Camagüey posee tajados de arcilla roja, anchos portones y llamativos tinajones que distinguen a la ciudad de otras.
Son los tinajones el símbolo indiscutible de esta provincia, desde la época colonial, la región enfrentaba largas temporadas de sequía, por eso disponían de estos recipientes bajo la lluvia, con finas mallas, para protegerlos de los insectos y la contaminación. El agua aquí almacenaba saciaba a los habitantes, y era utilizada para beber y cocinar, esta se mantenía fresca dentro del tinajón. Todavía hoy, todo el que llega es invitado a tomar agua directamente desde uno.
Trinidad, ubicada en la provincia de Sancti Spiritus, es una de las predilectas, pues conservarse su estética casi idéntica a la de su fundación, lo que la hace una de las ciudades coloniales mejor conservadas de toda América Latina. Sus calles completamente adoquinadas, y en las cuales está casi prohibido el tráfico, conectan su sistema de Plazas, museos y templos e iglesias.
Igualmente, desde la Plaza Mayor se accede a la Torre de Manaca Iznaga, mirador desde el cual se vigilaba a los esclavos de los ingenios azucareros aquí existentes, y que hoy en día es concurrido para tener una visión casi panorámica de la ciudad. Una villa llena de historia y de leyendas, que solo pueden conocerse y disfrutarse yendo hasta Trinidad a vivirlas.
Aunque al mencionar Matanzas muchos piensen en Varadero, la provincia es una de las más ricas cultural e históricamente. Desde su Teatro Sauto, Monumento Nacional, hasta sus innumerables puentes que la hacen reconocibles, es Matanzas una ciudad de arte, de ríos y de mar. También cuenta con iglesias antiguas, calles coloniales y museos relevantes, como el Museo Farmacéutico. Además, posee una rica cartelera cultural, que complementada con su vida nocturna, la convierten en una ciudad bohemia, muy cerca de la Capital.
Por supuesto, La Habana es el destino preferido para visitar, por la pluralidad y multiculturalidad de ofertas que posee. Los turistas escogen, sin duda, caminar por La Habana Vieja, observando las plazas de adoquines, y catedrales de tejas rojas. Uno de los puntos invariables en cada itinerario, es el Museo Nacional de Bellas Artes, que en sus dos sedes: Arte Cubano y Arte Universal, posee más de 30 mil piezas.
En el Edificio de Arte Cubano, están representadas todas las etapas de la plástica de la isla, siendo las preferidas en muchos casos la colección de Arte de la República. Igualmente, dentro del edificio hay Cafetería, tiendas que ofrecen souvenirs y reproducciones, y un teatro que habitualmente ofrece conciertos para hasta 246 espectadores.
El Cristo de La Habana, se ve desde distintos puntos de la ciudad. Al cruzar la bahía, en el poblado Casablanca, del municipio Regla, se alza la escultura, representación del sagrado Corazón de Jesús, hecha por Jilma Madera, completamente de mármol y de 20 metros de altura. Se inauguró en 25 de diciembre de 1958, y atrae a diario a curiosos, artistas y creyentes. Allí no solo puede apreciarse la magnificencia de esta pieza artística, sino también puede mirarse La Habana de lejos, cual maqueta al otro lado del mar.
Ernest Hemingway, el reconocido escritor estadounidense, vivió en Cuba entre 1940 y 1960. Casi en el extremo oeste de La Habana, se instauró el escritor, en la Finca Vigía. Aquí, escribió El viejo y el mar, novela que en 1953 lo hizo merecer el Premio Pulitzer. Año tras año, llegan cientos de turistas a presenciar el mito del escritor, donde dormía, donde escribía, sus trofeos de caza en lo que fue su hogar y se conserva hasta hoy, tal y como lo dejó. Los seguidores del escritor, igualmente se aproximan al Hotel Ambos Mundos, así como a La Bodeguita del Medio y El Floridita, lugares predilectos y frecuentados por el autor. Los tres están situados en La Habana Vieja.
En Pinar del Río, extremo occidental de Cuba, se encuentra el Valle de Viñales, que es, sin dudas, un lugar de obligatoria visita. Un parque natural, rodeado de montañas, con riqueza de recursos antiquísimos que lo convierten en un viaje a la Cuba prehispánica, en la cual se atesoran muestras de arte rupestre, como en el Museo de Arte Prehistórico; cuevas, la más visitada es la Cueva del Indio; recursos arqueológicos y una flora y fauna exquisitas.
Es, igual, un lugar rico en plantaciones y producción tabacalera, de la cual muchas veces puede formar parte el visitante y conformar su propio tabaco. Sus recursos naturales, unidos a sus varios miradores y pequeñas cabañas de madera, también lo convierten en un destino ideal para ejercer el turismo ecológico, o descansas y desconectar de la ciudad.
Es más que evidente que Cuba es más que playas y que las postales de ron y tabaco. Es una isla cargada de magia y de cultura, cada esquina cuenta una historia, en cada rincón puede esconderse una leyenda, siempre habrá música, café y sonrisas que brindarle a quien llegue a conocerla a fondo. Son cientos de opciones, para cualquier público y gusto. Para elegir, solo hay que investigar un poquito y decidir entre playas, historia o campo. La invitación, está hecha.
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