Varias personas en Cuba reportan sobre la mala calidad del pan ˗cada vez más pequeño y ácido˗, así como sucede con la leche que entregan a los niños, que últimamente llega cortada.
Al respecto, el actual ministro de la Industria Alimentaria, Alberto López Díaz, dijo que desde el gobierno central y su ministerio realizan todos los “esfuerzos” para garantizar estos y otros productos normados por la libreta de abastecimiento, cada año más enflaquecida.
Según el directivo, la prioridad del país ahora mismo está dirigida a las provincias orientales más afectadas por los azotes del huracán Oscar, Guantánamo y Holguín.
La producción de alimentos en la Isla, apuntó, se ha visto gravemente afectada por la crisis energética nacional y las propias inclemencias meteorológicas. Además, junto a la producción, se perjudica la cadena logística de distribución, también por la escasez de combustible.
En cuanto a los problemas para la producción del pan, señaló que “un ejemplo es la paralización de los molinos de trigo en Santiago de Cuba y Cienfuegos. Al paralizarse, nos pone en una situación bastante compleja, ya que la distribución de harina está detenida”.
Además, López Díaz, exgobernador de Villa Clara con cuestionable gestión, expresó que «toda la industria cárnica y la industria de la leche también han sufrido un impacto importante».
Los prolongados apagones, agraviados con la caída del Sistema Electroenergético Nacional, también afectan el buen funcionamiento de los termos recolectores de leche.
Por esta razón, en muchas ocasiones la leche se ha puesto ácida dentro de los propios dispositivos de almacenamiento, lo cual impide la distribución sobre todo en las provincias orientales, afectadas por el huracán Oscar y las más castigadas con los cortes eléctricos. También sucede que se llega a distribuir, pero cuando los padres logran poner a hervir la leche para sus hijos acaba por “cortarse”.
El organismo está enfocado en distribuir la canasta familiar normada con los productos disponibles y en garantizar un nivel de aseguramiento alimentario, concentrando esfuerzos en estas dos provincias.
explicó el ministro, refiriéndose a Guantánamo y Holguín.
En localidades de estas dos provincias, desde hace varios días se ve interrumpida la producción del pan, un refuerzo importante para las familias cubanas en tiempos de tantas carencias. Al respecto, López Díaz solo informó que “buscan soluciones” alternativas.
En la medida que se reactiven los molinos de trigo paralizados en el país, se espera “incrementar la producción de pan y recuperar la normalidad en las zonas afectadas”, añadió.
Otro de los productos carentes en las bodegas cubanas y los núcleos familiares de la Mayor de las Antillas es la leche en polvo, usualmente repartida para niños menores de dos años. Al respecto, tan solo argumentó que “ya se ha distribuido una decena de latas”.
Para los pequeños de entre dos y siete años de edad que viven en las provincias orientales más afectadas, el ministro refirió que barajan la posibilidad de entregarles dos latas de leche condensada por cada uno, en dependencia de las posibilidades del país.
“Seguimos produciendo con las alternativas que tenemos, y a medida que se recupere la situación energética del país, estaremos en condiciones de retomar la producción normal”, dijo. Vale preguntarse qué se produce en Cuba ahora mismo, o si los ritmos normales a los que se refiere son los óptimos deseados o los deficientes que se han obtenido en los últimos años.
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