En un movimiento que marca el retorno a una política más agresiva hacia Cuba, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incluyó nuevamente a la isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Este giro, que revierte la decisión tomada por Joe Biden días antes de dejar el poder, pone a Cuba en una posición complicada a nivel internacional, con sanciones económicas más estrictas y un impacto profundo en su economía.
¿Qué significará esta decisión para las relaciones entre ambos países y para los cubanos dentro y fuera de la isla?
Indice
En las primeras horas de su mandato, Donald Trump revocó la medida ejecutiva de Joe Biden que sacó a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo.
Según el Departamento de Estado, esta designación responde a supuestos vínculos de Cuba con grupos como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y la negativa a extraditar líderes implicados en actos terroristas en Colombia. Asimismo, se alude al asilo otorgado a fugitivos estadounidenses como Joanne Deborah Chesimard.
Durante su discurso inaugural, Trump afirmó que esta y otras revocaciones de políticas de Biden son parte de su esfuerzo por “reparar las instituciones de Estados Unidos”. Esta decisión también es consistente con la postura dura hacia Cuba adoptada por Trump en su primer mandato, cuando incrementó las sanciones y detuvo el acercamiento diplomático iniciado bajo Barack Obama.
Sanciones reforzadas:
La inclusión en la lista conlleva restricciones severas, entre ellas:
Pedro Freyre, abogado especializado en relaciones internacionales, destacó que esta medida limita significativamente la capacidad de Cuba para acceder a financiamiento internacional, además de desincentivar el turismo, especialmente desde Europa, donde los viajeros enfrentan complicaciones adicionales para ingresar a Estados Unidos
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, calificó la decisión de “arrogante” y una muestra del “desprecio” de Washington hacia la verdad. En un mensaje publicado en redes sociales, aseguró que esta medida forma parte de la “guerra económica” contra la isla, diseñada para intensificar las carencias y el éxodo migratorio.
Por otro lado, organizaciones defensoras de derechos humanos señalan que, aunque Biden buscó un acercamiento limitado hacia Cuba, su decisión de excluir a la isla de la lista estuvo condicionada por compromisos como la liberación de presos políticos, un proceso que aún no se ha completado.
El regreso de Cuba a la lista de patrocinadores del terrorismo marca un retroceso en cualquier posibilidad de diálogo entre ambos países. Marco Rubio, actual Secretario de Estado y crítico del acercamiento a Cuba, declaró que esta medida es un paso necesario para mantener la presión sobre el gobierno de la isla.
Sin embargo, expertos señalan que esta política podría exacerbar la crisis económica y el flujo migratorio, algo que ya preocupa a la administración estadounidense por sus repercusiones en la frontera sur.
El proceso inconcluso de excarcelación de presos en Cuba también complica el panorama. Aunque el gobierno cubano prometió la liberación de más de 500 prisioneros como parte de un acuerdo con mediación internacional, hasta ahora solo una fracción de ellos ha sido liberada, generando críticas tanto internas como externas.
Este incumplimiento podría consolidar la postura de Washington al considerar que el régimen no está dispuesto a cumplir con las condiciones mínimas para reducir las tensiones bilaterales.
Además, la esperanza de los cubanos-españoles de acceder a un sistema flexible para poder acceder al ESTA también se ha visto truncada por esta decisión. Esta oportunidad, que habría facilitado los viajes de este grupo hacia Estados Unidos, se esfuma con el regreso de Cuba a la lista, marcando otro golpe a las posibilidades de movilidad internacional para los ciudadanos de la isla con doble nacionalidad.
Implica restricciones económicas y diplomáticas severas, como prohibiciones en exportaciones, control estricto de financiamiento internacional y un fuerte impacto en la imagen global del país.
La administración Trump argumenta que Cuba apoya a grupos como el ELN y mantiene vínculos con naciones como Irán y Corea del Norte, además de brindar asilo a fugitivos buscados por Estados Unidos.
Las restricciones complican la economía local, limitan las remesas y generan mayores obstáculos para la inversión extranjera. Además, agravan el flujo migratorio hacia Estados Unidos.
Sí, aunque menos probable un cambio en la administración estadounidense podría reconsiderar esta decisión, como sucedió durante la presidencia de Joe Biden.
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