El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de Cuba enfrenta nuevamente una situación crítica en sus niveles de generación, con un déficit que ha superado los 1000 megavatios (MW).
La situación, marcada por múltiples averías y la influencia de condiciones meteorológicas adversas, ha llevado a que miles de cubanos permanezcan sin electricidad, elevando la preocupación en diversas provincias, desde Pinar del Río hasta Guantánamo.
En la tarde del 11 de noviembre de 2024, el sistema eléctrico nacional se interconectó exitosamente desde Pinar del Río hasta Guantánamo a las 21:44 horas, un esfuerzo para restablecer la normalidad en la zona occidental del país.
Sin embargo, la alegría del restablecimiento fue efímera, ya que el déficit de capacidad de generación se hizo evidente durante todo el día. La máxima afectación se registró a las 18:40 horas, coincidiendo con el horario de mayor demanda, cuando se alcanzó un déficit de 1047 MW.
A pesar de los esfuerzos por reestablecer el servicio eléctrico, el panorama a la mañana siguiente no fue alentador. A las 07:00 horas del 12 de noviembre, se reportaba una disponibilidad del SEN de tan solo 1800 MW frente a una demanda de 2300 MW.
Esto se traduce en 381 MW de déficit por generación, además de los 158 MW afectados por averías en las redes provocadas por el huracán Rafael que azotó la región.
Las provincias de Artemisa, La Habana y Mayabeque fueron las más impactadas por estas averías, con Artemisa reportando 125 MW fuera de servicio, La Habana con 10 MW y Mayabeque con 14 MW.
Los problemas no se detienen ahí. Las unidades de generación también han estado en mantenimiento y avería, afectando aún más la capacidad del sistema. La Unidad 5 de la Central Térmica (CTE) Mariel, la Unidad 4 de la CTE Cienfuegos, la Unidad 2 de la CTE Felton, junto a las Unidades 3 y 6 de CTE Renté, están actualmente inoperativas.
Además, la disponibilidad de generación térmica está limitada en 368 MW; esto significa que, sin soluciones rápidas y efectivas, la situación podría prolongarse.
Los problemas de suministro también se ven complicados por la falta de combustible. Un total de 37 centrales de generación distribuida están fuera de servicio debido a esta situación, lo que representa 130 MW, sumado a la patana de Santiago de Cuba, que aporta 67 MW, totalizando 197 MW indisponibles por esta misma causa.
Como consecuencia directa de estos factores, se está presionando al sistema, especialmente con la llegada de las horas pico, cuando la demanda alcanza su punto máximo.
Las proyecciones para el horario pico del día 12 apuntan a una disponibilidad de 1902 MW frente a una demanda máxima esperada de 3000 MW. Esto indica un déficit de aproximadamente 1098 MW, con tasas de afectación que podrían llegar hasta los 1168 MW si las condiciones actuales se mantienen.
A medida que las horas avanzan, la situación se vuelve cada vez más urgente. En Artemisa, solo el 2% de los clientes tenían acceso a la electricidad el 11 de noviembre.
En Mayabeque, alrededor de 10,000 clientes aún no contaban con servicio en el mismo día. Este panorama genera inquietud entre la población, que demanda respuestas y soluciones inmediatas de las autoridades.
En medio de esta crisis eléctrica, la población de Cuba se enfrenta a desafíos inherentes a la falta de un servicio esencial. La falta de electricidad afecta no solo la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también impacta en el funcionamiento de hospitales, escuelas y otras instituciones que dependen de la energía eléctrica.
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