Ríos de Basura Inundan Matanzas: La Cruda Realidad Tras las Lluvias de Helene

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Aunque los estragos de las intensas lluvias y fuertes vientos provocados por el huracán Helene en Pinar del Río acaparan últimamente las noticias relacionadas con el mencionado evento meteorológico, en otras provincias las tormentas destapan fenómenos ocultos entre la sequía. 

Las aguas de Helene se extienden a todo el occidente y centro de la Isla, por lo que en la de Matanzas desde hace ya algunos días se deja ver lo quebrado del clima, propio de los tiempos huracanados. 

Es en este territorio donde el desastre atmosférico se une al desastre social, a la deficiente gestión urbana y el inmovilismo de las autoridades con responsabilidad de tomar cartas en el asunto. 

En esta provincia se encuentra Varadero, el principal polo turístico de Cuba, pero también uno de los conflictos ambientales más desagradables de la Isla. 

Se trata de los ríos de basura. Sí, ríos de desechos que bajan desde las zonas más altas de la ciudad de Matanzas hacia el centro. Cuando las precipitaciones son abundantes, el torrente de agua y desperdicios comienza a bajar desde las alturas de Monzerrate por una pendiente que lleva hasta el Valle de Yumurí y alcanza a algunas viviendas de la comunidad conocida como Ojo de Agua o Estero. 

Los cubanos que habitan la zona relatan que deben taponear las puertas de sus casas con nylons, gomas, telas o lo que esté a su alcance, con el fin de que el agua no los inunde, y con ella el sinnúmero de residuos y enfermedades arrastrados por la corriente. 

Pero no está en Ojo de Agua el mar donde muere ese río negro. El torrente continúa hasta Los Mangos y Sipmson, barrios de la periferia matancera. 

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Es justo en los lugares más alejados al centro de la urbe donde más se evidencia la total ausencia de cualquier método para la recogida de desechos. Los vertederos provisionales y microvertederos atestados de basura abundan en cada esquina circundante al centro de la ciudad.

¿Las causas? Las explicaciones de las que ya están tan acostumbrados como hastiados los residentes de esta Isla: la escasez de combustible para cumplir con una función tan importante como la de los servicios comunales.

¿Hasta cuándo? Seguirá siendo una pregunta que se hace con la garganta inundada y la basura al doblar la cuadra.

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Michel Díaz

Graduado de Comunicación Social en la Universidad de Oriente en 2019, y enamorado del periodismo digital desde siempre.