En un fenómeno climático que ha vuelto a sorprender a los habitantes y especialistas por igual, Cuba ha registrado temperaturas de 40 grados Celsius por segunda vez en su historia meteorológica. Este nuevo récord se alcanzó en la localidad de Bolivia, provincia de Ciego de Ávila, marcando no solo un hito climático sino también un desafío emergente en términos de salud pública y gestión ambiental.
Los registros de este año indican que las temperaturas no solo alcanzaron los 40°C en Bolivia sino que también se aproximaron en otras localidades con 37.8 y 36.8°C. Estos valores son significativos, considerando que las temperaturas más altas en la isla normalmente se presentan más adelante en el verano. La estación meteorológica automática de Bolivia fue la que confirmó estos extremos, señalando una tendencia preocupante hacia el aumento de las temperaturas máximas.
Según el Instituto de Meteorología de Cuba (INSMET), y corroborado por especialistas como Bryam Pérez Valdés, este aumento en las temperaturas puede atribuirse a una combinación de altas presiones atmosféricas, fuerte radiación solar y vientos débiles que contribuyen a un ambiente más caluroso y menos propicio para la dispersión del calor.
El impacto de estas temperaturas extremas es múltiple, desde el aumento del riesgo de enfermedades relacionadas con el calor hasta desafíos adicionales para la infraestructura energética, que ya ha sido probada en años anteriores con frecuentes apagones durante períodos de alto consumo eléctrico. Los expertos recomiendan mantenerse hidratado y buscar sombra siempre que sea posible, además de estar alerta a los signos de enfermedades relacionadas con el calor.
Estas temperaturas récord no son aisladas. El año pasado, por ejemplo, fue particularmente caluroso, con julio siendo el mes más caliente registrado desde 1951. Durante ese mes se establecieron 17 récords de temperatura máxima en diferentes localidades de la isla. Este patrón refleja cambios más amplios y potencialmente preocupantes en el clima de Cuba que podrían tener implicaciones a largo plazo para su ecosistema y sociedad.
Este récord de calor en Cuba plantea interrogantes importantes sobre los patrones climáticos en transformación y sus efectos en la vida cotidiana y la salud pública. A medida que estas condiciones extremas se vuelven más frecuentes, la adaptación y la mitigación se hacen esenciales para salvaguardar el futuro de la isla en un clima cambiante.
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