En menos de una semana Estados Unidos se ha envuelto en una redada política y legal, que involucra escándalos mediatizados y aspiraciones electorales. Primero, el juicio a Donald Trump donde se le declaró culpable de 34 delitos por pago de silencio. Ahora, se anuncia el proceso legal que atravesará el hijo del actual presidente Joe Biden. ¿De qué se le acusa? ¿Qué repercusiones tendrá este suceso? Conoce todos los matices de la polémica en este artículo que D-Cuba prepara para ti.
Hunter Biden, el único hijo vivo del presidente Joe Biden, enfrenta desde este lunes un juicio en el tribunal de Wilmington, Delaware. Se le acusa de adquirir y utilizar un arma de fuego mientras se encontraba bajo efectos de drogas ilegales, lo cual constituye una infracción a la ley federal.
Los supuestos cargos, de los cuales Hunter se declara inocente, provienen de una acusación realizada hace más de cinco años, en octubre 2018. Parte del no reconocimiento del consumo activo de drogas cuando completó un formulario para adquirir un revólver Colt Cobra de calibre 38, el cual poseyó durante 11 días.
El caso pasará a la historia como la primera vez que en Estados Unidos se juzga por algún delito al hijo de un presidente. La denuncia a Hunter Biden se expuso por el fiscal David Weiss, designado por Trump y el secretario de Justicia Merrick Garland, desde 2023, para llevar a cabo la investigación.
Por su parte, Joe Biden no ha realizado grandes acciones pues, ante el escándalo del juicio de Trump, su postura y la de la Casa Blanca es la del apego total a las decisiones del aparato de justicia norteamericano.
De momento, descartan la posibilidad de otorgarle un indulto presidencial, y Biden se limita a pronunciarse a favor de la inocencia de su hijo. Según el mandatario, no ha hecho nada malo, solo es una persona que debió luchar contra sus terribles adicciones, y venció.
Como una muestra de apoyo, el presidente se exhibió este sábado junto a su hijo, mientras montaban bicicletas por las calles cercanas a su hogar, en Rehoboth Beach, Delaware.
El escándalo del juicio de Trump y ahora el del hijo de Biden, avivan tensiones electorales en los Estados Unidos. Para bien o para mal, Trump se ha vuelto foco mediático en medio de las campañas.
Aunque encuestas recientes revelan que la mayoría de estadounidenses está de acuerdo con la culpabilidad penal resultante del juicio a Trump, logró recaudar 70 millones de dólares entre sus simpatizantes.
Por su parte, los demócratas estudian las posibilidades que quedan para, luego de apagado el ojo mediático sobre Trump, retomar las acciones de campaña para Biden.
Por ejemplo, el presidente prevé lanzar a finales de esta semana una misiva ejecutiva para extralimitar la entrada de migrantes por la frontera sur. Este movimiento resulta peligroso, pues con la pretensión de adentrarse en los puntos más fuertes de la propuesta trumpista y ganar adeptos, puede que consiga el efecto contrario y pierda el apoyo de una parte importante de los electores, simpatizantes con la apertura migratoria norteamericana.
Mientras tanto, se apresuran a tomar una serie de medidas ante la posible salida de Biden del poder, como la protección legal del derecho al aborto y la anticoncepción en sentido general. Además, prometen trabajar para la reducción del costo de la vivienda y el control de precios altos.
Las cartas presidenciales se mueven entre las tradicionales promesas de cambios internos, política externa, pero esta vez también se juega en la arena legal, en la mancilla de la moral. El jugador más limpio gana. Los trapos sucios seguirán saliendo a la luz.
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