Las primeras plantaciones de café se encuentran situadas en el sudeste de la Isla de Cuba, en las elevaciones de la Sierra Maestra, en  Santiago de Cuba y Guantánamo. Tradición heredada de los colonos franceses y sus esclavos, las actuales ruinas datan de inicios del siglo XIX, posterior a la revolución de Haità cuando invadieron las tierras del oriente cubano buscando refugio.
El paisaje arqueolĂłgico de las primeras plantaciones de cafĂ© fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, por poseer gran valor histĂłrico, arquitectĂłnico y arqueolĂłgico, que une al paisaje, la correcta interpretaciĂłn que el hombre hizo del uso de los rĂos, arroyos y manantiales, en una accidentada topografĂa de bosques y frutales.
Los asentamientos por su arquitectura, homogeneidad y lugar en el paisaje son de valor destacado y universal desde el punto de vista histĂłrico, artĂstico y cientĂfico. Más de 180 testimonios materiales conforman el conjunto de plantaciones cafetaleras, en diferentes estados de conservaciĂłn.
La zona industrial fue mejor elaborada desde el punto de vista arquitectónico y técnico–constructivo por lo que ha sobrevivido en mayor medida a los efectos del tiempo. Se destacan las terrazas o secaderos, el sistema de arcadas, ideado para sustentar el acueducto industrial, las represas y albercas que almacenaban el agua,  el empleo de ruedas y muros con contrafuertes.
Las huellas arquitectĂłnicas de las primeras plantaciones de cafĂ© son monumentos de la ingenierĂa hidráulica, vial, arquitectĂłnica domĂ©stica, funeral y productiva, que dejar ver la pericia de sus constructores, artistas del aprovechamiento de los espacios y topografĂa de montañas.
En la Sierra de La Gran Piedra, se erigen los restos del cafetal La Isabelica, actualmente allĂ se encuentra un Museo destinado a preservar los vestigios de la cultura cafetalera.