Aproximadamente, son 700 mil personas las que, debido a la situación energética de Cuba, han percibido problemas en el abasto de agua. Lo cierto es que, diariamente, son casi 8 millones (el 67% de la población) quienes no reciben agua con estabilidad.
Pero, sin dudas, los extensos apagones han golpeado el sector hidráulico, como todos los del país. Las redes y empresas de acueducto son el segundo consumidor de energía eléctrica en Cuba, sólo superado por la demanda poblacional.
Los cortes de electricidad en las aproximadamente 3 mil estaciones de bombeo a lo largo del país, impiden que el agua pueda ser distribuida e, incluso una vez restablecido el servicio, toma horas que vuela a circular el agua por las redes con normalidad. Y, obviamente, si antes de que esto suceda vuelven a quitar la corriente, el desabasto de agua se hace casi perenne.
Los grupos electrógenos, instalados en las plantas de bombeo, cumplen solo el 36% de las instalaciones del país. Estos, además, se encuentran en un profundo y constante estado de obsolescencia y deterioro, por antigüedad y falta de mantenimiento, pero también por la inexistencia de piezas para su reparación.
Además, en las zonas más intrincadas de la isla, no existe un sistema de acueducto que permita que llegue el agua directamente a las casas. Allí, el servicio se asegura a través de camiones cisternas, también conocidos como pipas que, por la ausencia de combustible, en los últimos meses tampoco ha podido sostenerse el abasto de agua en esta modalidad.
Aunque se ha priorizado la potabilización del líquido más preciado, no deja de ser cierto que en muchas de las zonas privilegiadas donde la circulación de este suele ser más estable, se ven decenas de salideros que desperdician el agua. ¿Por qué no son solucionados por aquellas entidades cuya tarea principal es esta?
También, según han asegurado a medios cubanos autoridades hidráulicas del país, se debe a la falta de combustible que impide la llegada a los sitios con salideros por parte de las brigadas y, también, la ausencia de cemento y otros materiales áridos que son los indicados para sellar las roturas. La mayor parte de los salideros del país se encuentran concentrados en las provincias de La Habana, Santiago de Cuba y Granma.
Según las autoridades, se están implementando medidas a largo plazo como la reposición de los equipos de bombeo y el cambio de la matriz energética del sistema hidráulico nacional, y otras más inmediatas como la instalación de más de 700 bombas con sistema de carga solar. Se pretende que estas alivianen un poco la crítica situación que vive hoy toda Cuba, con el agua.
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