Con apagones de hasta 20 horas diarias en algunas regiones de Cuba, el gobierno ha anunciado una medida urgente: la descarga y distribución de 2 mil toneladas diarias de diésel. Esta iniciativa busca aliviar la creciente crisis energética y satisfacer la demanda de electricidad que sigue en aumento, agravada por la escasez de gas licuado para la cocción de alimentos.
Promesas gubernamentales en medio de la crisis
Edrey Rocha González, director de la Unión Cuba Petróleo (CUPET), informó que la distribución comenzará en los puertos de Mariel, La Habana y Moa, aunque las condiciones meteorológicas han dificultado la llegada de los barcos.
Algunos buques ya esperan en la Bahía de Matanzas para iniciar las operaciones. Además del diésel, el gobierno distribuirá gas licuado para reducir el consumo eléctrico en los hogares, permitiendo así una mejor gestión del sistema eléctrico nacional.
Manuel Marrero Cruz, primer ministro cubano, anunció una serie de restricciones adicionales para priorizar el consumo energético en el sector residencial. Muchas actividades económicas serán paralizadas, dejando operativas solo las esenciales para reducir la demanda. Estas medidas se suman a la suspensión de clases y al cierre temporal de centros de alto consumo.
El descontento popular ha escalado debido a los prolongados apagones y la percepción de ineficiencia en la gestión gubernamental. Las protestas en varias provincias como La Habana y Holguín reflejan la frustración generalizada. El gobierno, por su parte, atribuye la crisis a las sanciones estadounidenses y la “persecución financiera”, argumentos que no han logrado calmar a la población que exige soluciones concretas.
La situación energética en cifras
- Déficit de electricidad: 1,678 MW estimados para esta semana, la afectación más alta de los últimos años.
- Consumo eléctrico: Un aumento de 250 MW debido a la falta de gas licuado para cocinar.
- Distribución diaria: 2,000 toneladas de diésel para mantener en funcionamiento los grupos de generación distribuida.
Funcionarios gubernamentales admitieron que las dificultades podrían perdurar hasta por dos años, dadas las condiciones de deterioro de las termoeléctricas y la escasez de combustible. El primer ministro Marrero mencionó que se están explorando alternativas de energía renovable para el futuro, con el objetivo de alcanzar 900 MW de energía limpia en 2025.
Mientras tanto, la realidad actual de apagones y restricciones continúa generando tensiones. El camino hacia una solución energética sostenible se perfila como un desafío monumental para el gobierno cubano, que deberá equilibrar la demanda creciente con la oferta limitada de recursos.
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