Desde principios de año, una nueva tendencia financiera ha captado la atención en Cuba, transformando el paisaje económico con una nueva herramienta que según espera el gobierno promete cambiar la forma en que los cubanos interactúan con el dólar estadounidense.
Sorprendentemente, pocos podrían haber imaginado la cantidad de tarjetas que realmente se han vendido. ¿Cuántas de estas tarjetas se han distribuido y qué dice esto sobre la economía cubana actual?
Hasta la fecha, se han vendido impresionantes 25,000 Tarjetas Clásicas USD. Esta cifra no solo resalta la aceptación de la tarjeta en la sociedad, sino que también refleja un notable giro en las prácticas financieras dentro del país.
La Tarjeta Clásica USD, introducida por Financiera Cimex S.A. (FINCIMEX), ha sido un producto diseñado para facilitar las transacciones en divisas en un contexto de escasez de efectivo y limitaciones financieras.
Según Alfredo Martínez González, gerente adjunto de FINCIMEX, estas tarjetas permiten comprar bienes y servicios en la red comercial mayorista y minorista, pagar importaciones, y adquirir combustible, con descuentos en ciertos sectores como el turismo y comercio minorista.
La tarjeta, que se comercializa a través de la red de Cadeca y próximamente en el Banco Financiero Internacional, ofrece un alto nivel de seguridad al requerir solo un PIN para su uso, sin necesidad de identificación personal. Su costo es de 4.00 USD, aunque se recomienda cargar con 5.00 USD para su activación. Además, es recargable desde el exterior mediante la plataforma www.tocopay.com, permitiendo recibir remesas en cuestión de minutos.
Controversias sobre las Tarjetas Clásicas USD
No obstante, la aceptación de la Tarjeta Clásica USD no ha sido unánime. Según reportes de medios independientes cubanos, su lanzamiento generó cierto descontento entre los usuarios, reflejando posibles desigualdades que este tipo de productos financieros podría exacerbar. La tarjeta, que no permite reembolsos ni transferencias a otras tarjetas, también ha sido vista como una estrategia del gobierno para captar divisas en un momento económico delicado.
El uso de la Tarjeta Clásica USD plantea preguntas significativas sobre su impacto en la inclusión financiera y la distribución de la riqueza en Cuba. Por un lado, ofrece oportunidades para aquellos con acceso a divisas, pero por otro, puede ampliar la brecha entre diferentes sectores de la población. La eficacia de esta herramienta como impulsora de la economía nacional y su aceptación social seguirán siendo temas de debate y observación en los próximos meses.
La Tarjeta Clásica USD es más que un simple medio de pago; es un reflejo de los cambios económicos y sociales en Cuba. Su capacidad para adaptarse a las necesidades de todos los cubanos será crucial para determinar su éxito o su contribución a mayores desigualdades.
A medida que Cuba sigue navegando por su compleja situación económica, la evolución de este instrumento financiero será un indicador clave de cómo el país maneja la innovación financiera frente a los desafíos económicos y sociales.
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