Hoy 30 de noviembre termina la temporada ciclónica en la zona del Atlántico, dejando un total de 18 organismos nombrados, siendo el primero la tormenta tropical Alberto formada el 12 de junio cuyos vientos alcanzaron los 85 kilómetros por hora y el último la tormenta tropical Sara, igualmente de 85 km/ h que se formó el 14 de noviembre.
Aunque no fue interactiva como se esperaba, sí estuvo por encima del promedio de entre 1991 y 2020, el cual consistía en 14 ciclones por año.
EL Centro de Pronósticos y Centro del Clima Instituto de Meteorología de Cuba pronosticó que serían 20 los organismos formados, de los cuales 11 llegarían a convertirse en huracanes.
Para que una tormenta tropical sea catalogada como huracán debe tener vientos superiores a los 119 kilómetros cuadrados.
En este sentido, fueron 11 los ciclones que afectaron esta zona, 5 de ellos tuvieron categoría 3 o superior de un máximo de 5 en la escala de Saffir-Simpson.
Esta formación de ciclones cada vez más potentes se debe en gran medida al calentamiento global, pues las altas temperaturas de las aguas favorecen la formación de tormentas, así como su veloz intensificación, la cual en estos momentos ocurre de manera más rápida que hace 40 años.
Tal es el caso del huracán Milton, el cual llegó a ser el más fuerte de la temporada y que en pocas horas subió de categoría 1 a categoría 4 y posteriormente a categoría 5.
Un récord que tuvo esta temporada fue la formación de Beryl, segundo huracán formado y el más temprano en llegar a categoría 5.
Helene fue uno de los huracanes más devastadores. Impactó con mayor fuerza a Estados Unidos y fue el huracán más mortal desde el Katrina en el año 2005.
En el caso de Cuba, estuvo impactada casi en su totalidad por dos huracanes: Oscar y Rafael.
Oscar entró a la isla el 20 de octubre y afectó especialmente la zona sur de Guantánamo tuvo vientos de 130 kilómetros por hora, y se fue debilitando dentro de la isla, convirtiéndose aquí en tormenta tropical.
La lentitud por la cual estuvo marcada su estancia en la isla, que se prolongó por más de 24 horas, provocó lluvias de hasta 600 milímetros, que desencadenaron derrumbes, inundaciones y desplazamientos.
Al momento de la llegada de Oscar a Cuba, la isla se encontraba sumida en apagón nacional, provocado por un colapso del Sistema Electroenergético Nacional, por lo cual los residentes de Guantánamo no pudieron estar debidamente informados y no conocían la magnitud de las lluvias.
Además de las pérdidas de miles de hogares, Oscar dejó un saldo de al menso 8 fallecidos, según cifras oficiales.
Por otra parte, Rafael impactó el occidente del país el 6 de noviembre, con vientos de 180 kilómetros por hora. Este huracán no dejó víctimas, pero sí grandes daños materiales, principalmente a la agricultura y al sistema eléctrico, pues destruyó 6 torres de alta tensión que se encontraban en el camino entre la La Habana y Artemisa. A día de hoy no se ha reestablecido la totalidad del servicio eléctrico en esta provincia. En la capital cubana se reportaron 461 derrumbes debido al huracán Rafael.
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