Esta semana de octubre, sin lugar a dudas, ha sido la más compleja del año en cuanto a las dificultades que ocasiona la “emergencia energética”, como le llaman las autoridades de Cuba al déficit de combustibles y alternativas para garantizar un mínimo de energía eléctrica para que la población cubana viva al menos en discreta normalidad.
Este jueves se informaron varias medidas, muchas de ellas en comparecencia de radio y televisión con directivos del más alto rango en Cuba.
Pero otras, como el cierre de las escuelas, se ha manejado de manera más discreta, casi caótica, generando incluso desinformación entre los educandos y las familias de niños en edad escolar.
El Ministerio de Educación en Cuba, que agrupa el sistema educativo desde la primera infancia hasta la formación técnico profesional y media superior, anunció que desde el viernes quedan suspendidas todas las actividades docentes hasta el próximo lunes 21 de octubre. Así, escuetamente.
En algunas provincias, las direcciones provinciales de Educación han replicado la información añadiendo que al menos los círculos infantiles seguirán brindando servicio para los hijos de madres trabajadoras.
La decisión, aunque loable, levanta ampollas entre el personal de trabajo de los círculos infantiles y jardines de la primera infancia, pues también son cubanos que al llegar a su casa tienen grandes posibilidades de encontrarse con que sus horas de luz al día ya pasaron, y no podrán elaborar los alimentos ni realizar el mínimo de actividades indispensables.
Ahora, en cuanto a las universidades, la situación es igual de compleja y mucho más enrevesada. En la Universidad de Pinar del Río las clases fueron suspendidas hasta próximo aviso, sin perspectivas de volver a las aulas.
En la Universidad de Oriente, también se suspendieron las clases, y en un buen ejercicio de comunicación con la comunidad universitaria informan que los estudiantes que necesiten permanecer en las becas podrán hacerlo, para quienes hay garantizada buena alimentación durante el fin de semana.
Además, añaden que desconectarán todos los equipos en todas las áreas del campus, reforzarán las guardias obreras y estudiantiles y crearán grupos conjuntos entre el Partido, la Unión de Jóvenes Comunistas y la Federación Estudiantil Universitaria para cuidar los bienes materiales.
En contraste, la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV), informó solo de manera directa por grupos de WhatsApp que cerrarían la docencia de este viernes, sin aclarar hasta cuándo o cuáles son las condiciones creadas para los jóvenes que permanezcan en las instalaciones de la institución de educación superior con más amplia beca de Cuba.
Aunque la explicación de las condiciones no está muy lejos de la razón para tanto ocultismo. La UCLV desde hace días enfrenta una seria crisis y no solo con la electricidad, también con el abasto de agua –los estudiantes incluso han tenido que pasar días sin acceso al baño diario– y con una alimentación paupérrima.
La Universidad de La Habana, la más importante de Cuba, ha optado también por manejar las informaciones desde los grupos privados. En sus redes sociales públicas solo se habla de celebraciones, festejos y logros.
Estas dificultades en el sistema educativo cubano se unen a otras en las que se ven sumidas el resto de instituciones estatales del país. Según lo informó Marrero Cruz en la noche de este jueves, solo quedará prendido lo indispensable para que aún lata la agonizante economía cubana.
En este contexto, y con el Sistema Electroenergético Nacional totalmente desconectado, la vuelta a las aulas se ve comprometida. La evolución de la situación energética en este fin de semana será crucial para el desarrollo del orden social al corto plazo.
TE RECOMENDAMOS:
✅Para Recibir TODAS las Noticias GRATIS 👉Síguenos desde Aquí