Uno de los hechos delictivos más grandes detectados en Cuba en los últimos tiempos, tiene como protagonistas a los trabajadores y autoridades del puerto Guillermón Moncada, en la provincia de Santiago de Cuba.
En este puerto es recibida la mayoría de las cargas de canasta básica de la región oriental del país. Tanto funcionarios como obreros, desviaban las cargas de los productos alimentarios, y estas nunca llegaban a las bodegas ni, por supuesto, a la mesa del cubano.
Las autoridades del Ministerio del Interior (MININT) y la Fiscalía General de la República (FGR) son las encargadas del procesamiento de los culpables, así como de la incautación de los bienes apropiados.
Hasta el momento son 78 los implicados, siendo principalmente, estibadores y pesadores, aunque esta red de contrabando funcionaba a modo de cadena: las autoridades marítimas y fitosanitarias recibían las importaciones, cuya cantidad real era adulterada a través de facturas falsas y no entregadas, los transportistas pagaban a los pesadores entre 9 y 18 mil pesos por cada tonelada que no fuese declarada, los transportistas luego distribuían las cargas en el mercado informal y los productos alimenticios nunca llegaban lícitamente a la población. Cada camión, por ejemplo, de arroz, era vendido entre 200 y 300 mil pesos cubanos.
Se valora que hayan sido robadas más de 60 toneladas de comida. De estas han sido recuperadas 3.8 toneladas de arroz, 2 toneladas de frijol negro, 22.6 toneladas de azúcar blanco y 33 toneladas de harina de soya. Igualmente, se recuperaron más de 500 mil cup, 769 dólares americanos (USD), 200 euros y bienes materiales como una casa y un auto de marca Lada.
De los vehículos y empresas de carga implicadas, se han identificado 33 carros, 26 pertenecientes al sector estatal y 7 de privados. Igualmente, de aquellas personas que estén vinculadas al hecho, 59 se encuentran bajo prisión provisional y a las otras 19 se les aplicaron medidas cautelares que no implican su detención. Para estas, las penas podrán estar entre los 8 y los 20 años de privación de libertad.
Aunque esta investigación se vino desarrollando desde la detección de otros hechos delictivos en este puerto, en 2023, lo cierto es que el cubano lo ha venido sintiendo hace mucho tiempo, pues cada vez son menos los productos que recibe en las bodegas, y a los que debe acceder en el mercado negro, en precios exorbitados que, un ciudadano común, apenas puede pagar.
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