Como en una película de terror han pasado las últimas horas en la capital de Cuba por las intensas lluvias que provocaron inundaciones y derrumbes en edificaciones.
Las condiciones climatológicas provocaron que varias zonas se afectaran en horas de la madrugada y la mañana del 13 de diciembre.
Como si la visión de calles desbordadas de un agua lodosa y las declaraciones de afectados diciendo que el agua les llegó el pecho no fuera suficiente, también llegan reportes sobre el derrumbe de un viejo edificio que no aguantó tanta humedad.
Si al menos hubiese estado inhabitado, si al menos a las familias que allí residían se les hubiese evacuado ante el aviso meteorológico, no hubiesen asistido al peligro de poder perder la vida y sus pertenencias.
Ubicado en la intersección de San Lázaro y Perseverancia, en Centro Habana y con varias décadas de existencia, irreparado, viejo, lo que era el hogar de personas tenía condiciones de inhabitabilidad por cerca de 30 años.
El Gobierno de la Habana informó que no hubo heridos afortunadamente y que los pocos vecinos del local fueron reubicados temporalmente.
Pero la suerte no siempre podría acompañar a los habitantes de una infraestructura deteriorada al extremo, como otras tantas en la capital, con calles repletas de basura que cubren las esquinas y tapan el alcantarillado, la otra cara de la Habana que no suele verse en las postales de turismo.
El suceso ha originado una serie de comentarios en redes sociales donde advierten sobre otros, el ubicado en Belascoain y San José y el de Galiano y San Lazaro, que podrían sufrir el mismo destino y la palabra demolición se repite una y otra vez.
Y en medio de tanto asombro por cómo se pierde la Habana el gobierno local efectuó una reunión para evaluar el enfrentamiento a las lluvias, dijeron.
28 derrumbes ocurrieron en 24 horas en los municipios Centro Habana, Diez de Octubre y el Cerro y 36 casas se inundaron en la comunidad El Manguito, en Habana del Este por el desbordamiento del Río Cojímar.
Del total de derrumbes 17 fueron parciales de techo y 11 de tipología 1, sin reporte de fallecidos y en todos los casos las familias fueron protegidas.
Los hechos acontecidos en solo pocas horas manifiestan el deterioro del fondo habitacional capitalino y la falta de previsión ante los cada vez más frecuentes fenómenos de este tipo, aún cuando la Defensa Civil opere oportunamente.
También deja ver que los planes de vivienda son solo eso, planes aplazados por diversas justificaciones, algunas válidas, y la inoperancia para resolver la situación que afecta a miles de familias.
Se prevé que en las próximas horas otro fenómeno meteorológico alcanzará la zona occidental y con él fuertes lluvias, tormentas locales y peligro de inundaciones.
¿Cuántos otros edificios colapsarán en breve? ¿Cuántas otras familias se verán afectadas y con peligro para sus vidas? ¿Qué hará el gobierno para que la Habana no muera definitivamente?
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