¿Significará el fin de la crisis de combustibles que atraviesa la Isla desde hace años? La nueva colaboración entre Rusia y Cuba, anunciada por los políticos de la nación euroasiática, pretende construir una refinería de petróleo en la Mayor de las Antillas, capaz de palear las carencias del oro negro.
El acuerdo fue resultado de las recientes negociaciones en La Habana entre legisladores rusos, encabezados por el presidente de la Cámara Baja, Viacheslav Volodin, y una contraparte cubana especializada en temas de energías.
De acuerdo al vicepresidente del Congreso Alexander Babakov, “las mayores empresas estatales rusas podrían operar aquí”, avizorando un escenario de futuras colaboraciones industriales y comerciales, para penetrar económicamente en los pilares más delicados de la gestión de gobierno cubana.
Junto con el interés económico, es necesario resolver una serie de cuestiones organizativas en términos de crear un entorno favorable para la inversión, creo que los dirigentes cubanos lo entienden.
enfatizó Babakov para insistir en la necesaria garantía de protección de la inversión y los inversionistas rusos.
“Cuba tiene petróleo crudo: lo lógico es no importar productos petrolíferos, sino producirlos aquí”, añadió el representante de una nación que durante años ha sido socio clave del Estado cubano. Primero, tras el 1 de enero de 1959, con la entonces Unión Soviética, y luego con la actual Federación Rusa. Aunque recientemente hubo una prolongada interrupción de los envíos de combustibles a la Isla, por un periodo de un año aproximadamente, desde marzo de 2023 a marzo de 2024.
Cuba tuvo en Venezuela durante décadas a su principal proveedor de combustibles, pero desde la muerte de Chávez los envíos han sido cada vez menores, con una fuerte disminución en los últimos tiempos y la amenaza de convertirse en “cero”, si en las próximas elecciones del país caribeño no sale elegido el candidato socialista Nicolás Maduro Moros.
México, ante la ausencia de Rusia en año pasado, cubrió en gran medida las necesidades de combustible en Cuba, lo cual le permitió a la Isla no sufrir aún más apagones, paralización de las operaciones de transporte y pérdidas en la economía. Pero ya este año los ritmos de exportación desde el país azteca han mermado, y por eso la importancia para la Isla de retomar las negociaciones con la contraparte rusa.
La construcción de esta refinería de petróleo en la Isla, con inversión, tecnología y know how rusos, permitirá una mayor autonomía en cuestiones energéticas, para saldar las carencias que tanto han zanjado en la economía nacional y la vida diaria de los cubanos.
Los datos lo evidencian: el 80% de la generación eléctrica en la Mayor de las Antillas depende de los derivados del petróleo, la escasez de combustibles ha obligado al gobierno a eliminar casi totalmente los subsidios a los combustibles, lo que ocasionó en febrero de 2024 una inflación del 500% en el precio de la gasolina y diésel.
La situación energética se espera controlar con la instalación de paneles solares, pero esta refinería solucionaría muchos más problemas a un largo plazo, desde la importación de derivados de petróleo hasta el desarrollo económico interno.
El anhelo de muchos cubanos estará puesto en este proyecto aún en discusión, del que se espera no corra la misma suerte de las anunciadas termoeléctricas del Mariel: un ambicioso proyecto cubano – ruso para la generación de una capacidad eléctrica de 800 MW, anunciado en 2016 y que nunca se llegó a concretar.
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