¿Quién es Greta Tilán y cuáles son sus producciones? ¿Qué pueden aprender de ella los jóvenes cubanos con deseos de emprender?
En el contexto cubano actual muchos jóvenes se preguntan constantemente cómo salir adelante, qué pudieran hacer para recibir una entrada económica digna sin sacrificar sus intereses personales y profesionales.
En La Habana, Greta Tilán, una joven de la provincia de Matanzas puso todo su empeño en un negocio que una vez pensó, hasta que logró darle forma y hoy resalta por lo innovador de la propuesta que pretende expandirse internacionalmente.
La mujer de 31 años de edad nombró su empresa con su propio apellido. Y bajo la marca Tilán se dedica –junto al equipo que ha logrado nuclear– a producir aceites de origen vegetal y productos cosméticos naturales, con la premisa de desperdicio cero. Todos provenientes de la flora cubana.
Aunque graduada como filósofa, en su pueblo natal de Calimete (a 180 kilómetros de la capital de la Isla) aprendió el oficio de la producción de aceites, y unió este conocimiento con las técnicas de gestión empresarial basadas en un modelo de economía circular.
Con este enfoque pretende innovar constantemente en sus productos de modo tal que, los residuos que generen unas producciones, puedan ser empleados en otras. A ello se une el reciclaje de envases, dada las limitaciones existentes en Cuba para su adquisición, los elevados precios y la huella ambiental que acompaña a cada pomo de plástico o cristal.
Las materias primas utilizadas en la empresa provienen de alianzas creadas con establecimientos y negocios de la capital y otras provincias del occidente de Cuba, como Mayabeque, Artemisa y Matanzas. Por ejemplo, compran semillas de mamey a un restaurante de La Habana, y mediante la deshidratación de las almendras extraen el aceite sin generar ningún tipo de desechos.
Las materias primas fundamentales utilizadas para la producción de aceite constituyen el maní, el recino, el coco, las semillas de girasol y frutabomba (papaya), el sésamo y el aguacate. Greta aclara que sus aceites son vírgenes, puros y, en muchos casos, están destinados al consumo humano.
En cuanto a los bálsamos, utiliza plantas herbáceas como el caisimón, el anamú, la albahaca y los granos de café. Además de aceites y bálsamos, en Tilán elaboran cremas, exfoliantes corporales, y productos para las personas de cabello rizado.
Su próxima innovación será crear en Tilán el aceite natural de semillas de mango, una fruta ampliamente presente en el país y que en temporadas llega a generar desperdicios. Con su nuevo producto de uso cosmético aprovechará los volúmenes del fruto, adquiridos a bajo costo, a la vez que diversificará las líneas productivas de su negocio y el rendimiento económico del mismo.
Con los recursos naturales como bases productivas, confiesa Greta que se siente satisfecha al poder utilizar las bondades endémicas de Cuba, sin tener que recurrir al engorroso proceso de importación, al que solo acude para operaciones muy puntuales.
Junto a ella laboran ocho personas, inmersos todos en un proceso productivo eminentemente artesanal. En estos momentos esperan por la llegada del exterior de una tecnología que les posibilitará agilizar las producciones.
La mentalidad emprendedora de la joven no llega hasta ahí, ni su proyección social con enfoque de desarrollo local tampoco. En su Calimete natal impulsa el proyecto “Emprende Azul”, para apoyar a los campesinos a desarrollar modelos de negocio más sostenibles.
Con su empresa privada Tilán pretende seguir calando en la preferencia de las personas que consumen estos productos naturales, y ampliar las alianzas hasta lograr presencia en el mercado internacional de América Latina, meta para la cual ya da los primeros pasos.
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