Un inesperado choque diplomático ha surgido entre Francia y Estados Unidos tras la petición del diputado europeo Raphaël Glucksmann, quien sugirió que la Estatua de la Libertad debería ser devuelta a su país de origen.
Argumenta que EE.UU. ya no representa los valores de libertad y democracia por los cuales Francia obsequió el icónico monumento en 1886. La respuesta de la Casa Blanca, sin embargo, no se hizo esperar y encendió aún más la controversia.
Indice
¿Por qué Francia pide de vuelta la Estatua de la Libertad?
El eurodiputado Raphaël Glucksmann, copresidente del partido de izquierda Public Place, lanzó la solicitud en un discurso el pasado fin de semana.
Según él, la actual administración de Donald Trump ha adoptado políticas que contradicen los ideales de libertad que inspiraron a Francia a regalar la estatua a EE.UU.
Algunos estadounidenses han elegido ponerse del lado de los tiranos. Fue nuestro regalo para ustedes, pero aparentemente la desprecian. Así que ella estará feliz aquí con nosotros.
dijo Glucksmann ante sus seguidores.
Su comentario no tardó en viralizarse en Francia, donde algunos sectores políticos critican la postura de EE.UU. en temas como la guerra en Ucrania, el proteccionismo económico y la reducción de derechos migratorios.
La respuesta de la Casa Blanca: “Francia debería estar agradecida”
El gobierno de Trump respondió con firmeza a la propuesta de Glucksmann. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, fue cuestionada en una rueda de prensa y su respuesta generó aún más polémica.
Definitivamente no. Mi consejo para ese político francés de bajo nivel sería recordarle que es solo gracias a Estados Unidos que los franceses no están hablando alemán en este momento.
afirmó Leavitt, en referencia al papel de EE.UU. en la liberación de Francia durante la Segunda Guerra Mundial.
Este comentario fue interpretado como un “troleo” por algunos medios, mientras que otros lo consideraron una respuesta arrogante e innecesaria.
¿Puede Francia realmente reclamar la Estatua de la Libertad?
A pesar de la controversia política, Francia no tiene ninguna base legal para exigir la devolución de la estatua. Según la UNESCO, que la considera un patrimonio mundial, el monumento es propiedad del gobierno estadounidense desde su inauguración el 28 de octubre de 1886.
La estatua fue un regalo de Francia, pero con la condición de que EE.UU. la mantuviera en su territorio. El monumento fue financiado por los franceses, mientras que los estadounidenses se encargaron de la construcción del pedestal.
El gobierno francés no ha respaldado oficialmente la postura de Glucksmann y el presidente Emmanuel Macron ha evitado hacer comentarios al respecto.
¿Un gesto simbólico o una crítica velada?
Raphaël Glucksmann aclaró posteriormente en redes sociales que su comentario no era una exigencia literal, sino una metáfora sobre la pérdida de valores democráticos en EE.UU.
Nadie vendrá a robar la Estatua de la Libertad. Es de ustedes. Pero lo que ella representa pertenece a todos.
escribió en X (antes Twitter).
Desde París, el gobierno francés ha evitado profundizar en la polémica, aunque algunos políticos cercanos a Macron han expresado su malestar por la respuesta de la Casa Blanca.
Preguntas frecuentes (FAQ)
Fue un gesto de amistad y alianza entre ambas naciones para conmemorar el centenario de la independencia estadounidense en 1776.
No oficialmente. Solo ha sido una declaración de un diputado europeo sin respaldo gubernamental.
Legalmente, no está obligado. La estatua es propiedad de EE.UU. y está catalogada como Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Por ahora, se mantiene como un debate político sin repercusiones diplomáticas serias. Sin embargo, ha avivado críticas sobre la gestión de Trump en Europa.
En Francia, algunos apoyan la postura de Glucksmann como una crítica legítima, mientras que en EE.UU. la mayoría considera que la petición es absurda y sin fundamento.
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