La libreta de abastecimiento es el sistema de racionamiento que Cuba implementa desde 1962 para distribuir una parte de la canasta básica a precios subsidiados. Aunque su contenido ha variado con los años, continúa siendo un mecanismo clave para millones de hogares, especialmente los de menores ingresos. En 2025, entender cómo funciona, qué trámites exige y qué cambios se han anunciado es esencial para planificar el gasto alimentario de cada núcleo familiar.
A finales de 2024, el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) informó que se garantiza la libreta de abastecimientos a todos los núcleos del país para 2025. En territorios con demoras en la confección y entrega del documento, se orientó no afectar la compra de la canasta normada en enero, permitiendo anotar en la libreta de 2024 hasta que llegaran las nuevas. Ese proceso de distribución y regularización continuó por municipios y provincias en las semanas siguientes.
En paralelo, autoridades del Gobierno cubano han reiterado que la política a mediano plazo es transitar de “subsidios a productos” a “subsidios a personas”, con un proceso gradual “producto a producto” y sin “marcha atrás”, lo que generó dudas razonables sobre el alcance y los tiempos de aplicación. Esta guía no es una noticia de última hora: explica el sistema tal como opera en 2025 y ofrece contexto para que el lector entienda qué podría cambiar y cómo prepararse.
El funcionamiento real de la libreta convive con escasez, atrasos logísticos y diferencias territoriales. Diversos reportes de prensa reflejan que, para cubrir con dignidad la alimentación mensual, muchas familias requieren ingresos muy superiores al salario promedio, de modo que la libreta actúa como red mínima de seguridad en un escenario de precios altos y oferta irregular en mercados no subsidiados. Este marco ayuda a dimensionar por qué el tema es sensible y por qué cualquier modificación tiene impacto social inmediato.
Indice
La libreta de abastecimiento es un documento oficial emitido por el Estado cubano que registra a los integrantes de un núcleo familiar para recibir mensualmente una parte de la canasta básica de alimentos a precios subsidiados. Fue implementada en marzo de 1962, en un contexto de crisis de abastecimiento, con el objetivo de garantizar que todos los ciudadanos tuvieran acceso equitativo a determinados productos esenciales.
En sus primeras décadas, la libreta era sinónimo de abundancia controlada: incluía desde carnes frescas y en conserva hasta productos de aseo y calzado. Sin embargo, con el paso de los años, la oferta se redujo considerablemente debido a factores como la crisis económica, la disminución de la producción nacional, la dependencia de importaciones y las restricciones del comercio internacional.
Hoy, la libreta se centra casi exclusivamente en alimentos básicos como arroz, azúcar, aceite, café, huevos, granos y pan normado. Aunque no cubre todas las necesidades de un hogar, para millones de cubanos representa el único acceso estable y predecible a alimentos a precios muy por debajo del mercado.
El sistema funciona a través de las Oficinas de Registro del Consumidor (OFICODA), que inscriben a cada núcleo familiar y emiten la libreta correspondiente. En ella se anotan los productos entregados y las fechas de compra, con la firma o sello del dependiente de la bodega o punto de venta.
Cada núcleo está asignado a una bodega específica, generalmente cercana a su lugar de residencia. Esto permite al Estado organizar las entregas y calcular las cantidades necesarias para cada comunidad.
La libreta, más que un simple documento, es parte de la vida cotidiana en Cuba. Para algunos, es un símbolo de seguridad mínima; para otros, un recordatorio de las limitaciones del sistema económico. Lo cierto es que, en 2025, sigue siendo un pilar de la política de distribución alimentaria en el país.
Aunque el debate sobre su posible eliminación o reforma está sobre la mesa, la libreta de abastecimiento sigue operando en todo el país en 2025. Su funcionamiento combina una estructura administrativa centralizada, la red de bodegas y la participación obligatoria de los consumidores registrados.
En principio, todos los núcleos familiares residentes en Cuba tienen derecho a una libreta, independientemente de su nivel de ingresos o situación laboral. Esto incluye:
El derecho se mantiene mientras el núcleo esté registrado y actualizado en la Oficina de Registro del Consumidor (OFICODA) de su área.
Para obtener o modificar una libreta, el representante del núcleo debe:
En caso de mudanza, fallecimiento de un miembro o unión de núcleos, se debe notificar a OFICODA para evitar problemas en la entrega.
Las fechas de distribución no son fijas en todo el país. Dependen de la llegada de los productos y la organización territorial. Los vecinos suelen enterarse de la disponibilidad a través de:
En zonas con atrasos logísticos, se permite que el producto se despache fuera de la fecha habitual, siempre que quede anotado en la libreta.
La canasta básica subsidiada que se distribuye mediante la libreta en 2025 contiene principalmente alimentos no perecederos y algunos productos frescos de alta demanda, en cantidades limitadas por persona. Aunque el listado puede variar según la disponibilidad y la zona del país, los productos más comunes son:
Nota: Las cantidades y precios son aproximados y pueden variar según la provincia, la disponibilidad de productos y las decisiones del MINCIN.
En algunas provincias se entregan productos adicionales como pastas, pollo o picadillo cuando hay disponibilidad, mientras que en otras, ciertos renglones pueden faltar por varios meses. En zonas rurales, el acceso a productos frescos por esta vía suele ser menor que en ciudades grandes.
Durante 2024 y principios de 2025, las autoridades cubanas han confirmado su intención de transformar profundamente el sistema de subsidios, lo que impactará directamente en la libreta de abastecimiento. El planteamiento oficial es pasar de un esquema de “subsidios a productos” a uno de “subsidios a personas”, con el objetivo declarado de concentrar la ayuda en sectores considerados vulnerables.
A pesar de estos anuncios, en 2025 la libreta se sigue entregando a todos los núcleos familiares y conserva su funcionamiento habitual en cuanto a inscripción, asignación y control de productos. El cambio aún está en etapa de preparación y estudio de impacto.
La eliminación gradual de subsidios y, eventualmente, de la libreta, podría tener varias repercusiones:
En el contexto cubano, la libreta de abastecimiento no es solo un documento administrativo: es un mecanismo de supervivencia para millones de personas. Aunque su contenido es limitado y no cubre todas las necesidades alimentarias, su importancia radica en el precio subsidiado y en la certeza de recibir al menos una parte de la dieta mensual.
En el mercado cubano existen tres niveles de acceso a alimentos:
Esta estructura amplifica la desigualdad: los hogares con remesas o ingresos en MLC pueden complementar o sustituir lo que no cubre la libreta, mientras que los demás dependen de su contenido y del mercado informal.
La libreta, aunque insuficiente, ha funcionado durante décadas como válvula de contención del descontento social. Al menos garantiza una base mínima de alimentos, reduciendo el riesgo de una inseguridad alimentaria generalizada.
Mantener la libreta implica un gasto elevado en importación de alimentos y logística de distribución. El gobierno ha argumentado que este gasto no es sostenible y que los subsidios universales favorecen también a personas que no los necesitan. Sin embargo, sustituirlo por un sistema focalizado conlleva retos administrativos y riesgos de exclusión.
La libreta de abastecimiento no se asigna automáticamente: cada núcleo familiar debe estar registrado en la Oficina de Registro del Consumidor (OFICODA) correspondiente a su área. Además, para mantener su validez, es obligatorio actualizar los datos cuando ocurren cambios en la composición del núcleo.
Se requiere cuando:
Cuando se producen modificaciones en la composición del hogar, deben comunicarse a OFICODA:
En todos los casos, es necesario presentar documentos que respalden el cambio (certificado de nacimiento, defunción, traslado o unión).
La baja se solicita cuando:
Aunque la libreta de abastecimiento continúa siendo un mecanismo de seguridad alimentaria para millones de cubanos, su funcionamiento enfrenta múltiples desafíos que afectan tanto la cantidad como la calidad de los productos distribuidos.
La disponibilidad de productos es cada vez más limitada.
La población percibe la libreta de forma ambivalente:
El anuncio de una transición hacia subsidios focalizados genera inquietud, ya que no existe todavía un sistema alternativo plenamente operativo que asegure cobertura a quienes más lo necesitan.
En conjunto, estos retos explican por qué la libreta, aunque sigue vigente, ya no cumple el papel de abastecimiento principal que tuvo en décadas pasadas, y por qué cualquier reforma requiere una planificación cuidadosa para evitar un impacto social negativo.
El debate sobre el futuro de la libreta de abastecimiento en Cuba no es nuevo, pero en 2025 se ha intensificado debido a los anuncios oficiales de cambiar la forma en que se gestionan los subsidios. El reto consiste en diseñar un sistema que garantice seguridad alimentaria sin que ello represente una carga insostenible para el presupuesto estatal.
Varios países han implementado programas similares de racionamiento o subsidio alimentario:
Estos ejemplos muestran que el éxito depende de:
Más allá de su valor simbólico, la libreta representa una red mínima de seguridad. Su desaparición sin un plan sólido podría agravar la inseguridad alimentaria, aumentar la pobreza y generar tensiones sociales. Cualquier cambio requerirá información clara, gradualidad y medidas compensatorias reales.
Todos los núcleos familiares residentes en el país, incluidos ciudadanos cubanos y residentes extranjeros con estatus legal permanente.
Debes acudir a la Oficina de Registro del Consumidor (OFICODA) con el carné de identidad de todos los integrantes y documentos que acrediten la residencia o cambios en el núcleo.
El derecho a recibirlos se mantiene durante el mes de distribución, pero pasado ese plazo el producto puede reasignarse.
No. La libreta es específica para cada núcleo familiar y solo puede ser utilizada por sus integrantes registrados.
Principalmente arroz, azúcar, granos, aceite, café, huevos, pan normado y, de forma eventual, otros alimentos como pastas, pollo o picadillo.
No de forma inmediata. El gobierno ha anunciado una transición gradual hacia subsidios focalizados, pero en 2025 sigue en funcionamiento para todos los núcleos.
La libreta de abastecimiento en Cuba, vigente desde 1962, ha pasado de ser un sistema amplio de distribución de bienes a un mecanismo limitado que garantiza un mínimo de alimentos a precios subsidiados. Aunque su alcance se ha reducido, sigue siendo vital para millones de cubanos, especialmente aquellos sin acceso a divisas ni ingresos adicionales.
En 2025, la libreta continúa activa para todos los núcleos familiares, pero enfrenta retos significativos: escasez de productos, retrasos, corrupción y el anuncio de un cambio estructural hacia subsidios a personas. Este proceso, si no se implementa con planificación y transparencia, podría dejar a sectores vulnerables en una situación aún más precaria.
Entender cómo funciona, qué productos incluye, cómo gestionarla y cuáles son las alternativas que se barajan es fundamental para que las familias puedan anticiparse a los cambios y adaptarse a un panorama de distribución alimentaria en evolución.
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