Un operativo sorpresa en el municipio habanero de Guanabacoa culminó con la detención de un presunto traficante de “químico”, una droga sintética cuya expansión inquieta cada vez más a los residentes y autoridades en Cuba.
Aunque se trató de un arresto puntual, el hecho expone una realidad más profunda: la circulación creciente de sustancias peligrosas en comunidades vulnerables de la capital cubana.
Según reveló en redes sociales el usuario “Guerrero Rojo”, quien suele publicar contenido alineado con el discurso oficial, la captura ocurrió en la noche del sábado en la zona de Habana Nueva, durante un operativo sorpresa del Ministerio del Interior (MININT).
Aunque en un primer momento el sujeto no llevaba sustancias visibles, una revisión minuciosa permitió descubrir varios envoltorios de “químico” ocultos en un frasco. Este tipo de camuflaje demuestra el nivel de sofisticación que alcanzan algunos traficantes.
Indice
¿Qué es el “químico” y por qué preocupa tanto?
El “químico” es un cannabinoide sintético que imita algunos efectos de la marihuana, pero con una potencia mucho mayor y consecuencias significativamente más peligrosas.
Su bajo costo y la facilidad con la que se elabora en laboratorios clandestinos lo han vuelto popular entre sectores jóvenes y marginados.
Entre los efectos más alarmantes están los episodios de psicosis, convulsiones y alteraciones graves del comportamiento. La droga, muchas veces fabricada con formol y anestésicos veterinarios, representa una amenaza silenciosa para la salud pública en Cuba.
La preocupación ciudadana no es nueva. En marzo pasado, un grafiti con el mensaje “Aquí se vende químico” apareció en plena calle Pérez, en Luyanó (municipio Diez de Octubre), lo que desató una ola de especulaciones.
Aunque el mensaje fue eliminado rápidamente, no hubo pronunciamiento oficial sobre su origen, lo que aumentó la incertidumbre entre los vecinos.
Ese hecho coincidió con la puesta en marcha del Tercer Ejercicio de Prevención y Enfrentamiento a los Ilícitos de Drogas, una campaña que incluye juicios públicos, controles carreteros y charlas comunitarias.
Medidas oficiales: ¿respuesta o paliativo?
A pesar del despliegue de medidas represivas y educativas por parte del gobierno, que involucran a los Ministerios de Educación y Salud, la Fiscalía y los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), muchos expertos consideran que las acciones siguen siendo reactivas y no preventivas.
La falta de oportunidades económicas, el deterioro de los servicios sociales y la insuficiente atención a los factores estructurales contribuyen a que el consumo y tráfico de drogas sigan avanzando, especialmente entre los más jóvenes.
Este caso en Guanabacoa no es un incidente aislado. Representa apenas la punta de un iceberg que se hace cada vez más visible en los barrios habaneros.
El narcotráfico, particularmente de drogas sintéticas como el “químico”, avanza gracias al debilitamiento del tejido social y al descontento creciente en sectores juveniles.
Mientras no se impulsen reformas más profundas que ataquen las causas sociales y económicas de fondo, los operativos policiales seguirán siendo solo un parche temporal ante un fenómeno de largo alcance.
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