La enfermedad infecciosa COVID-19 causada por el virus SARS-CoV-2, causó estragos provocando la muerte a millones de personas cuando fue descubierta sumando un daño que se hacía incontrolable.
En Cuba, el primer paciente positivo se confirmó el 11 de marzo de 2020, fecha que marcó una pauta en el sistema de salud y que acarreó nefastas consecuencias en todos los ámbitos.
Hasta la fecha se ha podido controlar en gran medida la pandemia, con dosis vacunales para la preparación del sistema inmune y otros métodos efectivos en la prevención y control. El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) reportó al cierre de la semana del 1 al 5 de enero de 2024, solamente dos casos confirmados activos y 14 pacientes sospechosos.
No obstante, independientemente del control eficaz de la enfermedad en algunas localidades, la Organización Mundial de Salud (OMS) advirtió recientemente sobre un aumento significativo en pacientes infectados por COVID-19.
El director general de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló en rueda de prensa que durante el pasado mes de diciembre se registró un aumento del 42 por ciento en las hospitalizaciones a nivel global con causa en el coronavirus y un 68 por ciento en los ingresos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Se manejan cifras considerables al cierre del año 2023, y se reportan casi 10 000 muertes en el mes de diciembre por la variante JN.1.
La llamada preventiva alerta a la población mundial y las instituciones sanitarias puesto que las cifras actuales se reciben de apenas medio centenar de países por lo que existe la probabilidad de que los casos sean mucho mayores.
El número de muertes recientemente registrado dista mucho del punto álgido de cifras que se alcanzó durante la pandemia, pero en tal caso, Adhanom señala que pudo haber sido una cifra evitable y es inaceptable repetir una situación similar.
En el transcurso de estos años, laboratoristas han confirmado la mutación de la enfermedad, lo que se traduce en un peligro potencial y al respecto se hace necesario que los especialistas secuencien muestras del virus para el estudio y diagnóstico de posibles cambios en la composición.
La autoridad de la OMS instó a los gobiernos a mantenerse en alerta por tal motivo facilitando los tratamientos y vacunas a la población, sobre todo aquellos que no han podido vacunarse que representan un factor de riesgo importante.
En rueda de prensa, Ghebreyesus afirmó que es necesario llevar la mascarilla allí donde sea necesario y asegurarse de que los espacios interiores están bien ventilados.
En la red social X (Twitter), el director de la OMS también dejó un mensaje de alerta el pasado 5 de enero que refiere: “Las enfermedades respiratorias causadas por Covid-19, la gripe y otros patógenos han aumentado en muchos países durante semanas y se espera que esto continúe después de las recientes festividades”. De modo que se explica el repentino aumento por la aglomeración de personas y el tránsito de viajes con raíz en las celebraciones populares.
Ante ello, se apela a la responsabilidad individual y colectiva tomando preventivamente las medidas necesarias para contrarrestar complicaciones de salud en la sociedad.
De modo que se traduce en un imperativo el empleo de mascarillas en lugares públicos, la ventilación de locales con presencia de personal, evitar la innecesaria aglomeración de personas, así como el distanciamiento y la mínima exposición en caso de sufrir alguna enfermedad contagiosa y la actualización de vacunas, todas estas medidas resultan un paliativo ante tales situaciones de riesgo.
Recientemente el Ministerio de Salud Pública actualizó las medidas de Control Sanitario Internacional al viajar a Cuba que desde ya se implementan en todos los aeropuertos del país.
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