El 2024 será para Cuba, según lo anunciado, un año de cambios en muchas esferas y entre ellas en la forma de gestión no estatal.
Disposiciones desde ya calificadas como neoliberales y de “apretar el cuello a las Mypimes” fueron anunciadas recientemente por directivos nacionales.
La primera de ellas sería que los gobiernos municipales serán los encargados de autorizar los proyectos.
Es allí donde se deberá evaluar el permiso que en gran medida dependerá de su vínculo al desarrollo local y las estrategias de desarrollo de cada territorio.
También se revisará la lista de actividades no autorizadas para la práctica de la forma de gestión no estatal.
Probablemente a partir de esa revisión algunas actividades no permitidas puedan cambiar de estatus, aunque esto no fue aclarado a profundidad.
Se creará una institución gubernamental encargada de supervisar el trabajo de las pequeñas y medianas empresas y el cumplimiento de su encargo social en principio y paulatinamente sumará a las cooperativas no agropecuarias, las agropecuarias y los trabajadores por cuenta propia.
Otras relacionadas con los mecanismos de gestión y liquidez, pagos desde Cuba y no desde el exterior y negociaciones con los proveedores para estabilizar el abasto de mercancías.
Y aunque como puede evidenciarse son varias las medidas para las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) cubanas la que más llama la atención es el incremento en los aranceles por importar productos listos para la venta.
Estos impuestos serían discretos, dicen las voces autorizadas, pues se quiere evitar que los precios continúen subiendo y como siempre afecten el eslabón más frágil de la cadena: el cubano de a pie.
Esto deriva a su vez que, en vez de importar producto terminados, se incremente la entrada de materia prima para emprender producciones nacionales.
Producciones estas que se enlazarían al mismo tiempo con la industria estatal, deprimida y en muchos casos sin producir.
Es lo que se estima, aunque lo cierto es que, si los aranceles suben, aunque sea mínimamente, los precios también subirán. No repetiremos quienes sufrirán las consecuencias en mayor grado.
Los observadores del tema opinan que las medidas no contribuirán a fortalecer la economía, sino a obstaculizar el comercio, que en mayor medida lideran las mypimes.
Revendedoras o no, son estas las que abastecen a la población lo que el gobierno no puede, dígase artículos de aseo y comestibles, dos renglones de primera necesidad.
Muestra de ello es la franca competencia de estas formas de negocio con las tiendas oficiales en Moneda Libremente Convertible (MLC) con más estabilidad en las ofertas y aunque los precios son abusivos también por esta vía en muchas ocasiones son incluso más accesibles.
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