Las agencias de inteligencia de Estados Unidos emitieron conclusiones sobre los presuntos ataques sónicos contra diplomáticos de la embajada de ese país en Cuba, así lo reflejan medios de esa nación.
En 2016 presuntamente algunos trabajadores de la sede diplomática reportaron variados síntomas como: hemorragias nasales, dolor de cabeza y náuseas; y el gobierno norteño comenzó a manejar la hipótesis de que en la isla se habían usado armas sónicas contra ellos.
Bajo tales argumentos, que incluso hablaron de la relación de potencias extranjeras como Rusia y otras naciones con los padecimientos de los diplomáticos, el presidente Donald Trump decidió retirar parte de su personal en el lugar, con lo que quedaron suspendidos casi la totalidad de los servicios.
Luego de varias investigaciones de agencias norteamericanas, los resultados concluyen como “muy improbable”, según calificaron cinco agencias de inteligencia, que tales trastornos estuvieran asociados a ataques de una entidad extranjera con el uso de un arma de energía dirigida, o de manera no deliberada.
Otra agencia lo determinó de “improbable”, mientras que una séptima no aportó conclusión al respecto, según reportan medios de prensa del país norteño.
Las conclusiones se fundamentan en la falta de evidencias que apoyen la hipótesis de las armas, tales como patrones o conjunto de condiciones que pudieran relacionar los casos individuales.
Tampoco se encontró información forense o datos de geolocalización, que respalden la teoría de un agente externo que usó ondas de energía o haces ultrasónicos, para generar los referidos trastornos, que se asociaron en algunos informes con ondas electromagnéticas.
La investigación también se asumió con profundidad debido a que funcionarios del país norteño en naciones como en China, Rusia, y lugares de Europa manifestaron dolencias físicas sin explicaciones claras.
Otras investigaciones previas sobre los supuestos ataques sónicos
En 2018 se conoció que un reporte del Buró Federal de Investigaciones (FBI), tras varios meses de investigación, afirmó no contar con evidencias de los supuestos ataques acústicos contra los diplomáticos en La Habana, cuyos padecimientos fueron bautizados como Síndrome de La Habana.
En 2021, el Ministerio del Interior de la República de Cuba también emitió conclusiones al respecto e informó que no existían evidencias ni científicas, ni criminalísticas que fundamentaran los argumentos de Washington.
En 2022 la CIA además, descartó la posibilidad de que los funcionarios hubieran sido víctimas de una operación organizada por agentes extranjeros.
Las conclusiones de las agencias en 2023, corroboran las investigaciones anteriores sobre el asunto, que conllevó a la reducción del personal diplomático en La Habana y obligó a las familias cubanas a realizar trámites migratorios por terceros países como Guyana.
El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla denunció las consecuencias emanadas de tal situación, que hizo retroceder el acercamiento entre los dos países tras el gobierno de Obama, y se refirió al impacto negativo que tuvo para las familias en la isla.
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