Como la pólvora se esparce la noticia de un insólito caso de un niño camagüeyano que llegó a urgencias con un arpón en la región abdominal.
El hecho sucedió en la central provincia de Cuba recientemente y dio lugar a la intervención quirúrgica de gran envergadura a Henry Cristian, un niño de solo 13 años.
El menor recibió asistencia médica en el Hospital Pediátrico Eduardo Agramonte Piña de la capital agramontina donde los especialistas trabajaron durante 4 horas y 15 minutos para salvarle la vida.
El niño había recostado el arpón a un poste para tomarle una fotografía y se disparó solo, según declaró luego de despertar.
Al parecer él mismo había confeccionado el arma de caza subacuática, pero nunca se había disparado solo, añadió Henry, prometiendo que nunca más volvería a tocarlo.
Salvar su vida requirió de una cirugía compleja que sumó a otros médicos procedentes del Hospital Provincial Manuel Ascunce Domenech, quienes acudieron de inmediato.
Al llegar, Henry se encontrada en estado de gravedad con lesiones importantes: una intestinal y una vascular, por lo cual se había afectado la vena cava inferior provocando una hemorragia intensa.
El niño requirió de varias transfusiones para reponer el 75 por ciento del líquido vital perdido.
Los médicos lograron mantener sus signos vitales estables y ya hoy el menor se encuentra recuperándose del accidente que pudo haberle costado la existencia.
Aunque resulta bastante infrecuente este tipo de accidentes en específico, muchos menores llegan accidentados a emergencias en todo el país por la falta de vigilancia de los padres.
Entre los más frecuentes se encuentran las caídas de árboles, la ingestión de sustancias químicas, quemaduras, la introducción de objetos raros en las vías respiratoria o digestiva y muchos otros.
El encargo de los padres ante los hijos está establecido en el artículo 138 concerniente a la responsabilidad parental del Código de las Familias cubano, que entre otros puntos aborda que los padres o tutores tienen la obligación de proporcionar a sus hijos no solo la guarda, sino también su cuidado y protección en entornos seguros.
A pesar de ello, cuando los menores acuden a los centros de emergencia ante cualquiera de estos casos solamente se presta auxilio al menor y en el mayor de los casos los irresponsables padres reciben una reprimenda por parte de los galenos.
No se adoptan medidas más allá de eso para que los progenitores no vuelvan a incurrir en la desatención a sus hijos, que en ocasiones ha provocado el fallecimiento de los menores.
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