Donald Trump ha bautizado el 2 de abril como el “Día de la Liberación” de Estados Unidos. Pero lejos de celebraciones, la fecha marca el inicio de una ola de aranceles masivos contra casi todos los países del mundo, incluidos aliados históricos como Canadá, México y la Unión Europea.
Con una frase que ya recorre los titulares globales —“No se salva nadie”—, el expresidente ha dejado claro que su estrategia comercial más agresiva está a punto de entrar en vigor. Y las consecuencias podrían sentirse desde Wall Street hasta los mercados de La Habana.
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A partir de este miércoles, Estados Unidos impondrá aranceles del 25% a:
Además, Trump advirtió que los países que compren petróleo venezolano también serán sancionados, afectando a socios clave como España.
Según la Casa Blanca, los “15 países más sucios” —así llamados por sus desequilibrios comerciales con EE.UU.— serán el blanco principal. Entre ellos están:
Estos aranceles buscan corregir lo que Trump considera una injusticia histórica: “Estados Unidos ha sido timado por años”, declaró.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró que “Europa no ha iniciado esta confrontación”, pero advirtió que tienen “un plan sólido” de represalias si Trump mantiene su rumbo.
Expertos creen que sí. Trump ha usado el término “Día de la Liberación” en varios momentos clave de su carrera política. Esta ofensiva arancelaria podría estar dirigida a consolidar su base electoral, apelando al sentimiento nacionalista y a la promesa de recuperar empleos en EE.UU.
Sin embargo, economistas como Art Laffer y entidades como Goldman Sachs advierten que los consumidores y empresas serán los más perjudicados, y que esto podría desacelerar gravemente la economía.
En principio no directamente, ya que el comercio formal entre Cuba y EE.UU. sigue restringido. Pero el encarecimiento general podría afectar indirectamente los envíos y compras desde EE.UU.
Sí. Se prevé un alza en los precios de automóviles, alimentos, medicinas y servicios relacionados. Algunos autos podrían encarecerse hasta 4,700 dólares.
Potencialmente sí. Si los cubanos en EE.UU. tienen que gastar más en productos básicos, podrían enviar menos dinero a sus familias.
Proteger sus economías y enviar un mensaje político. Quieren evitar que EE.UU. imponga normas unilaterales en el comercio global.
Algunos analistas temen que una guerra comercial a esta escala pueda afectar el crecimiento global y generar una desaceleración económica.
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