Un estremecimiento inesperado, como un recordatorio de la fragilidad del entorno, sacudió a Guantánamo y Santiago de Cuba esta mañana.
En una región acostumbrada a los temblores, el suelo volvió a moverse, despertando la preocupación de miles de habitantes que, aunque preparados, no dejan de sentir el impacto emocional de cada fenómeno sísmico.
¿Qué significa este sismo para la actividad tectónica en el oriente de Cuba y qué medidas deben tomar los residentes? Sigue leyendo para conocer todos los detalles y prepararte ante futuros eventos.
Indice
Este viernes, 24 de enero, un sismo de magnitud 3.4 sorprendió a los habitantes de Santiago de Cuba y Guantánamo, según reportó el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais).
El fenómeno ocurrió a las 8:29 a. m. (hora local) y tuvo su epicentro a 31 kilómetros al suroeste de la ciudad de Santiago de Cuba, con una profundidad de 4.1 kilómetros.
Aunque el movimiento telúrico fue ampliamente percibido en los municipios de Santiago de Cuba y Palma Soriano, las autoridades han confirmado que no se reportaron daños materiales ni humanos.
El temblor de hoy marca el primer evento sísmico perceptible de 2025, en una región caracterizada por su intensa actividad tectónica.
En 2024, el oriente de Cuba registró miles de movimientos sísmicos, incluyendo varios de magnitudes significativas que provocaron daños materiales y afectaciones en viviendas.
Santiago de Cuba, debido a su ubicación geográfica, se encuentra en una de las zonas de mayor actividad sísmica del Caribe, donde confluyen importantes sistemas de fallas tectónicas.
Tras el sismo, Beatriz Johnson Urrutia, primera secretaria del Partido en Santiago de Cuba, recordó a través de sus redes sociales la importancia de estar preparados ante fenómenos de este tipo. Algunas de las recomendaciones para la población incluyen:
Además, se recomienda tener siempre un bolso de emergencia con agua, alimentos no perecederos, medicamentos y documentos importantes.
El Servicio Sismológico Nacional Cubano continúa monitoreando la actividad en la región. Hasta el momento, los informes indican que no hay peligro de réplicas significativas, aunque se mantiene la vigilancia activa.
Según los expertos, el monitoreo constante y la preparación son esenciales para minimizar los riesgos en una zona con alta probabilidad de sismos.
Este temblor, aunque leve y sin consecuencias materiales, vuelve a subrayar la vulnerabilidad de quienes viven en regiones sísmicas.
Cada movimiento del suelo es un recordatorio de la importancia de estar preparados no solo en términos logísticos, sino también emocionales.
La tranquilidad de una comunidad depende de su capacidad para adaptarse a estos eventos naturales y reforzar la seguridad colectiva.
Conocer las medidas preventivas y mantenerse informado puede marcar la diferencia en momentos críticos.
El sismo tuvo una magnitud de 3.4, según reportes del Cenais, y ocurrió a 31 kilómetros al suroeste de Santiago de Cuba.
Hasta el momento, las autoridades no han informado de daños materiales ni humanos relacionados con este evento.
Sí, esta región oriental es una de las zonas más sísmicas del Caribe debido a su cercanía a fallas tectónicas activas.
Mantén la calma, busca refugio bajo muebles fuertes, desconecta electricidad y gas, y sigue las orientaciones de las autoridades.
El Servicio Sismológico Nacional Cubano (Cenais) y las autoridades locales son las fuentes oficiales para monitorear y recibir alertas.
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