A nadie se le podrá juzgar por su esperanza. Por desear una mejoría. Por pensar que ahora sí estaremos mejor…
Luego de la caída del Sistema Electroenergético Nacional, el bombardeo mediático desde la prensa, la radio y la televisión oficial de la Isla dibujaban un posible panorama con el que se podía pensar que, tras la profunda crisis, vendría un alivio significativo.
El pasar de los días han demostrado que tan solo se regresa al punto de partida anterior a la gran crisis del SEN. Hoy ya se pronostican afectaciones que superan los 1000 megawatts (MW) de generación, lo cual puede traducirse a media Cuba a oscuras, a un caimán de extremidades dormidas, casi necróticas.
Al menos en días alternos desde el gran apagón se ha visto la luz en las madrugadas. Por ejemplo, en la madrugada de este lunes 28 de octubre, no hubo afectación de las 2:43 a.m. a 5:19 a.m. Toda Cuba durmió con ventilador o aire acondicionado en ese horario, al menos los circuitos que no presentan vetustas averías.
A las 5:20 a.m. volvió el corte eléctrico, para extenderse durante todo el día hasta cifras a las que, aunque ya el cubano se acostumbra, no dejan de ser sorprendentes.
La disponibilidad del SEN al amanecer de este lunes fue de 1980 MW contra una demanda 2200 MW, por lo tanto, hubo 235 MW afectados por déficit de capacidad. En el horario de la media se estima una afectación por déficit de 550 MW. Pero el dígito aumentará de ceros en cuanto caiga la noche…
Y es que se encuentran en avería la unidad 3 de la CTE Santa Cruz, la unidad 3 de la CTE Cienfuegos y la unidad 2 de la CTE Felton. En mantenimiento se encuentra la unidad 2 de la CTE Santa Cruz y la unidad 5 de la CTE Renté.
Las limitaciones en la generación térmica superan los 500 MW, exactamente será de 538 MW. Además, se encuentran fuera de servicio por combustible 64 centrales de generación distribuida, para un total de 456 MW. ¿Cuánto pudiera aliviarse la situación si Cuba tuviera combustible? ¿Si el Gobierno no perdiera proveedores por retrasos e impagos?
Al menos para el pico se estima la recuperación de 80 MW en centrales de la generación distribuida que están fuera por combustible.
Aun así, con este pronóstico, se estima para la hora pico una disponibilidad de 2060 MW contra una demanda máxima de 3050 MW, para un déficit de 990 MW, por lo que de mantenerse las condiciones previstas se pronostica una afectación de 1060 MW en este horario.
Y, como hemos visto todos los que seguimos de cerca la triste notica de renovación diaria del SEN, son enormes las probabilidades de que el déficit real supere con creces al pronóstico proporcionado por los especialistas de la Unión Eléctrica de Cuba.
Por ejemplo, para este domingo que recién pasó, 27 de octubre, el déficit en la hora pico sería de 800 MW, para una afectación de 870 MW en el horario pico. Sin embargo, en el horario no pico de las 9:20 de la noche se registró la afectación máxima de 1147 MW de déficit.
No se puede juzgar a los cubanos que realizan un paralelismo de estos partes con los elaborados durante la pandemia de la COVID-19 o más reciente con la afectación a la salud pública con el virus del Oropouche.
“¿Hasta dónde dicen la verdad?”, esa no es mi pregunta. Mi pregunta es “hasta dónde son capaces de conocer y medir la realidad que vive Cuba”.
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