A partir del próximo mes de septiembre, más de 1.7 millones de jubilados en Cuba comenzarán a recibir un incremento en sus pensiones, según anunció el gobierno cubano en julio de 2025.
La medida, aprobada por el Consejo de Ministros, forma parte de un paquete de acciones orientadas a mitigar el impacto de la crisis económica que afecta al país. Sin embargo, muchos se preguntan si este aumento será suficiente para compensar la pérdida del poder adquisitivo, en un contexto marcado por la inflación, la escasez y los altos precios de productos básicos.
En este artículo te explicamos quiénes se beneficiarán, cómo se aplicará el incremento, de dónde saldrán los fondos y cuál podría ser su impacto real en la vida de los jubilados cubanos.
Indice
La medida beneficiará a más de 1.7 millones de personas que actualmente forman parte del sistema de pensiones en Cuba, incluyendo a jubilados del régimen general de la Seguridad Social y a los pertenecientes a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Según declaraciones del jefe de Gobierno de La Habana, Manuel Marrero, el 82% de estos pensionados cobra hasta 2 472 pesos cubanos mensuales, mientras que un 33.1% del total (438 572 jubilados) recibe la pensión mínima, que actualmente es de 1 528 CUP.
Estos grupos serán los primeros en beneficiarse de un aumento directo que busca aliviar el deterioro del poder adquisitivo, agudizado por el alza de precios y el crecimiento del mercado informal.
El aumento aprobado será diferenciado, dependiendo del monto actual que recibe cada jubilado.
Aunque no se han publicado escalas detalladas por tramos, se ha confirmado que el incremento total se financiará de forma escalonada y progresiva, priorizando a quienes menos ingresos reciben.
Según explicó el Gobierno cubano, el aumento de las pensiones se sostendrá principalmente con fondos del Presupuesto del Estado, como parte de un esfuerzo por mantener el respaldo a los sectores más vulnerables de la población.
En términos numéricos:
Esta distribución busca garantizar la viabilidad del aumento sin comprometer otras partidas sociales, aunque expertos alertan que la sostenibilidad del sistema sigue siendo un reto en medio de la crisis económica que atraviesa el país.
A pesar de que el incremento representa un alivio para muchos jubilados, la mayoría de los beneficiarios seguirán enfrentando serias dificultades para cubrir sus necesidades básicas.
Con los actuales niveles de inflación y la escalada de precios en el mercado informal, el poder adquisitivo de los cubanos continúa deteriorándose. Algunos ejemplos del costo de productos esenciales ilustran esta brecha:
Frente a este panorama, una pensión de 3 056 CUP o incluso de 4 000 CUP sigue siendo insuficiente para una canasta básica, sobre todo en hogares donde no existen otras fuentes de ingreso.
Muchos jubilados dependen además de remesas del exterior o de ayuda familiar para poder sostenerse, una situación que refleja la fragilidad estructural del sistema de protección social actual.
El anuncio del aumento ha generado reacciones divididas entre los jubilados y otros sectores de la población.
Por un lado, algunos ciudadanos agradecen que al menos exista un reconocimiento oficial a la difícil situación de los pensionados. Consideran que es un paso necesario, aunque limitado, para enfrentar la crisis.
“Después de tantos años de trabajo, al menos se reconoce que con 1 528 pesos no se podía vivir.
comentó una usuaria en Facebook.
Sin embargo, muchos otros se mostraron escépticos o críticos ante la medida. La principal preocupación gira en torno a la inadecuación del aumento frente a los precios reales y a la falta de control sobre la inflación.
¿De qué me sirve que me aumenten la pensión si el pan me cuesta 140 pesos y una libra de carne más de 500?
escribió otro usuario en Twitter.
También se han expresado dudas sobre la sostenibilidad del ajuste y su impacto real, si no se toman otras medidas complementarias como el control de precios, la estabilización del mercado cambiario o el acceso a subsidios.
Diversos economistas y analistas consultados por medios independientes coinciden en que el aumento de pensiones es un paso positivo en lo simbólico, pero insuficiente en lo estructural.
El principal problema, señalan, es que el incremento no está acompañado de políticas efectivas para contener la inflación ni de una reforma fiscal que respalde de manera sostenible estos gastos sociales.
Además, advierten que el efecto real del aumento puede diluirse rápidamente si:
Algunos expertos también advierten que sin una reforma integral del sistema de pensiones, este tipo de medidas podría convertirse en soluciones temporales que no resuelven el problema de fondo: la precariedad económica de la mayoría de los adultos mayores en Cuba.
El aumento de pensiones aprobado por el gobierno cubano, que comenzará a aplicarse en septiembre de 2025, representa un reconocimiento a la crítica situación económica que enfrentan los jubilados. Sin embargo, también deja al descubierto las limitaciones estructurales del sistema de protección social en medio de una economía marcada por la escasez, la inflación y la desigualdad.
Aunque más de 1.7 millones de personas serán beneficiadas, el monto alcanzado por las nuevas pensiones difícilmente cubrirá los gastos básicos mensuales, sobre todo en un mercado con precios descontrolados y pocas opciones subsidiadas.
De cara a los próximos meses, será clave observar si este incremento viene acompañado de nuevas medidas económicas, como una contención de precios, el aumento del poder adquisitivo en otros sectores, o una reforma fiscal que garantice la sostenibilidad del gasto social.
Para muchos, este ajuste es apenas un primer paso. Pero sin acciones más profundas, los adultos mayores seguirán siendo uno de los grupos más vulnerables del país.
El aumento se aplicará a partir del mes de septiembre de 2025, según confirmó el Gobierno cubano.
Más de 1.7 millones de jubilados serán beneficiados. Incluye a pensionados del régimen general de la Seguridad Social y a miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Los jubilados que actualmente reciben la pensión mínima de 1 528 CUP, verán duplicado ese monto hasta 3 056 CUP mensuales.
A quienes cobran hasta 2 472 CUP, se les sumarán 1 528 CUP al monto actual.
A quienes reciben más de 2 472 CUP, se les ajustará su pensión hasta un máximo de 4 000 CUP mensuales.
El 82% del financiamiento provendrá del Presupuesto del Estado y el 18% restante será cubierto con aportes de las empresas empleadoras al sistema de Seguridad Social.
Según expertos y la opinión de muchos jubilados, no. El alza mejora los ingresos, pero sigue siendo insuficiente frente al costo de vida actual, marcado por altos precios e inflación constante.
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