La decisión del recién elegido presidente Donald Trump de nombrar al Dr. Mehmet Oz como administrador de los programas Medicare y Medicaid ha generado una ola de críticas y preocupación entre expertos en salud pública y miembros del Congreso.
Oz, cuyo programa de televisión a menudo presentaba remedios alternativos y afirmaciones no respaldadas por la evidencia científica, ha sido repetidamente criticado por la comunidad médica por promover la desinformación médica.
Organizaciones como la Asociación Médica Estadounidense (AMA, por sus siglas en inglés) han expresado su preocupación por la falta de rigor científico en sus recomendaciones y su potencial para confundir al público.
El nombramiento llega en un momento en que el sistema de salud estadounidense enfrenta numerosos desafíos, incluyendo el alto costo de la atención médica, la creciente brecha de acceso a la atención y la persistente desinformación médica en las redes sociales y otros medios.
Expertos temen que la designación de Oz, un personaje conocido por su enfoque poco ortodoxo y su promoción de pseudociencias, pueda socavar la confianza pública en la ciencia y la evidencia basada en hechos en el campo de la salud.
En contraste, Trump considera que “Estados Unidos se enfrenta a una crisis de atención sanitaria y es posible que no haya un médico más calificado y capaz que el Dr. Oz para hacer que Estados Unidos vuelva a ser saludable”.
Sobre Oz añade que “un médico eminente, cirujano cardíaco, inventor y comunicador de primera clase, que ha estado a la vanguardia de la vida saludable durante décadas”.
Según las propias palabras del mandatario, su candidato a administrador de salud de los Estados Unidos se encargará de minimizar “el despilfarro” y “el fraude”, dentro de “la agencia gubernamental más cara” de Estados Unidos, que representa “un tercio del gasto en atención sanitaria” del país y “una cuarta parte” del presupuesto nacional.
Senadores demócratas ya han expresado su oposición al nombramiento, cuestionando la idoneidad de Oz para el cargo dado su falta de experiencia en la administración pública y su controvertido historial. Se espera una fuerte resistencia en el Senado durante el proceso de confirmación.
La nominación también ha desatado un debate sobre la influencia de la televisión y las redes sociales en la formación de opiniones públicas sobre la salud.
La popularidad de Oz, gracias a su carisma y su presencia en medios de comunicación de gran audiencia, demuestra la necesidad de una mayor alfabetización en salud y una mayor vigilancia contra la desinformación médica.
Hijo de inmigrantes turcos, Mehmet Oz se crió en Wilmington, Delaware, y tuvo una formación académica con graduaciones en la Universidad de Harvard y la Universidad de Pensilvania.
Su incursión en la televisión comenzó en “Second Opinion with Dr. Oz” de Discovery Channel, con apariciones frecuentes en “The Oprah Winfrey Show”. En 2009, lanzó “The Dr. Oz Show”, un programa de larga duración (13 temporadas) enfocado en temas médicos y de salud.
Recientemente, incursionó en la política, presentándose a las elecciones al Senado de Pensilvania en 2022, con el apoyo público de Trump, pero perdiendo la contienda contra John Fetterman.
Ahora, con el nombramiento de Oz, se plantean interrogantes sobre las prioridades de Trump en materia de salud pública. La decisión subraya la importancia de la rigurosidad científica en la toma de decisiones políticas relacionadas con la salud y la necesidad de proteger a la población de la desinformación médica.
La confirmación del nombramiento está lejos de ser segura, y la batalla política que se avecina promete ser intensa. El futuro de Medicare y Medicaid, y por extensión, la salud de millones de estadounidenses, pende de un hilo.
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