La situación energética que enfrenta Cuba solo se compara, en alguna medida, con lo que pasó durante el famoso “período especial” de las década de los 90. Cada día las interrupciones al servicio son más prolongadas, los niveles de déficit de generación no descienden y las esperanzas de mejoría están distantes.
Cada provincia tiene cronogramas y estructuras de bloques de afectaciones diferentes. Unas asumen mayores por cientos de la carga a apagar en el país y otras corren mejor suerte en este caos energético que se vive en la mayor de las Antillas.
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La Ciudad Héroe de Cuba es una de las provincias más consumidoras del país. En esa parte del oriente asumen alrededor del 15 por ciento del déficit de la isla. Hace unos meses, cuando la situación del Sistema Electroenergético Nacional lo permitía contaban solo con dos bloques de afectaciones y era más “simple” repartir la desgracia.
En estos momentos la provincia está dividida en cinco bloques y se trata de dar servicio entre 10 y 11 horas a cada uno, distribuidas entre el día y la noche. Dentro de la crítica situación del país Santiago de Cuba logra mantener cierto “orden” en su plan de apagones. Desde las cuentas en redes sociales se publican los cronogramas de cada semana.
En cada provincia se vive esta tragedia de manera diferente, aunque en la mayoría hay puntos en común. Los santiagueros han tenido que cambiar modos de vida, costumbres, horarios y acomodar la vida a las pocas horas de energía eléctrica que hay.
Quienes trabajan fuera de casa pocas veces coinciden con las horas de “luz” y al llegar deben cocinar con leña o carbón, pues el gas licuado ya es un recurso que no tiene estabilidad para su compra. Para quienes viven en casas sin patio o edificios el panorama es mucho más complejo.
Durante la noche puedes encontrar los vecinos reunidos haciendo alguna caldosa colectiva a la luz de la luna, sentir sonar las fichas de un dominó para aliviar el calor en espacios públicos, mientras otros deciden dormir más temprano de lo habitual porque la oscuridad inunda su espacio.
Poder cargar los celulares, ventiladores recargables o lámparas led cada vez resulta más difícil, pues al día quizás tengan electricidad 3 o 4 horas y el resto es de noche o madrugada. Cada día es más complejo hasta alumbrarse pues el bolsillo no llega a las velas diarias y los bombillos de emergencia cuestan un salario.
Aunque la provincia logra cumplir con bastante exactitud su cronograma de afectaciones esta situación desespera a cualquiera. En las cuentas en redes sociales de la Empresa Eléctrica de Santiago de Cuba los comentarios llueven y la indignación cada vez es mayor.
Magali: “Ya no hay nada que decir… Las palabras no alcanzan para expresar todo lo que se siente por este DESASTRE!!! El deterioro físico y mental está haciendo mella en la población… Y de solución… NADA!!!”
Angelito: “Van a tener 1000 parques fotovoltaicos y van a seguir los apagones, el descaro ya es demasiado. No se dan cuenta que nada de lo que hacen sirve”.
Esperanza: “Para que pierdan el tiempo en poner esta “Afectación” si el Bloque 2 en el que se encuentra desgraciadamente el DISTRITO JOSÉ MARTI continúa apagado en las noches y con gran afectación en el día. Es una verdadera falta de respeto.!!! Insisto en que deben revisar objetivamente su supuesta planificación en la que debería existir equilibrio en todo los bloques. Y, por demás, dedíquese también a leer, respetar y considerar la opinión del pueblo”.
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