La desesperanza y el malestar se apoderan de los habitantes de Villa Clara tras la implementación de un nuevo plan de apagones que, lejos de aliviar, oficializa la precariedad energética. Con hasta 19 horas sin electricidad al día, la provincia se convierte en símbolo de una crisis que parece no tener fin.
Desde esta semana, la Empresa Eléctrica reorganizó los circuitos eléctricos en 11 bloques, con una programación que, en su peor escenario, deja solo cinco horas de servicio diario para cada zona.
El objetivo, según las autoridades, es “garantizar equidad” y “proteger procesos esenciales”. Pero para la población, representa una condena a la oscuridad.
Indice
El plan divide la provincia en 11 bloques de apagones rotativos:
En la práctica, la mayoría de los circuitos pasan el 79% del día sin luz. Solo los hospitales, acueductos y zonas vinculadas a la zafra están protegidos durante ciertos horarios críticos. Asimismo, los circuitos esenciales para la estabilidad del sistema nacional se mantienen con una carga mínima de 10 megavatios.
Las autoridades insisten en que esta planificación permitirá gestionar mejor las averías y evitar sobrecargas, pero expertos y ciudadanos coinciden en que no es más que un reflejo del colapso estructural del sistema eléctrico cubano.
El déficit de generación nacional supera los 1,400 MW, y no hay garantías de que los horarios planificados se respeten.
En redes sociales, los residentes comparten gráficos oficiales donde las franjas blancas —que representan los apagones— dominan todo el día. Para muchos, la medida revive los peores recuerdos del Período Especial.
Las redes sociales han servido como válvula de escape para la frustración popular. Comentarios como “Esto es una masacre” o “Qué país este cada día peor” se multiplican en las plataformas digitales.
Para muchos, esta nueva “estrategia” no es más que una forma elegante de justificar el abandono.
La imposibilidad de refrigerar alimentos, cocinar o garantizar el estudio de los niños agudiza la angustia. Y la desigualdad con otras provincias, como La Habana, alimenta la sensación de injusticia.
Aunque el gobierno asegura trabajar en una estrategia “gradual” para recuperar el sistema, funcionarios del Ministerio de Energía y Minas reconocen que los apagones no disminuirán a corto plazo. La promesa de reducirlos a “solo” 4 horas en verano suena más a consuelo que a solución.
La situación contrasta con escenas donde hoteles para turistas permanecen completamente iluminados mientras barrios enteros sufren largas jornadas a oscuras. Un reflejo claro de las prioridades del régimen.
TE RECOMENDAMOS:
En la noche de este martes el Tren Extra 16, que cubría la ruta Holguín…
El vandalismo también ha llegado a la red de telecomunicaciones de la provincia de Artemisa…
El reciente proyecto de ley aprobado en la Cámara de Representantes de EE.UU. propone un…
Tras varios meses de espera por el preciado gas licuado en Cuba, todo parece indicar…
Lo que debería ser un proceso gratuito y accesible se ha convertido en una pesadilla…
El gobierno cubano anunció la prórroga del proceso de ordenamiento y legalización de viviendas, cuartos,…