La noche del sábado 17 de mayo marcó un antes y un después para el arte cubano. Samuel Claxton, uno de los actores más sólidos y reconocibles del cine, teatro y televisión en la isla, falleció en La Habana a los 82 años, dejando una estela de emociones, reconocimiento y también reclamos hacia un sistema que olvidó a uno de sus pilares culturales en los últimos años de su vida.
Indice
Una carrera que forjó la identidad del arte cubano
Nacido en 1943 en Florida, Camagüey, Claxton comenzó su trayectoria en el teatro durante los años 60, combinando su pasión por el arte con su trabajo en la Cruz Roja.
Su primera actuación profesional llegó con la obra María Antonia, dirigida por Roberto Blanco, una pieza emblemática en la historia escénica del país.
Cine, teatro y televisión: un rostro inolvidable
Con más de 60 obras teatrales y películas en su haber, Claxton participó en títulos clave como La última cena, Retrato de Teresa, Cangamba, En tres y dos, Caravana y Su propia guerra, donde su personaje Mantilla se convirtió en parte del imaginario colectivo de varias generaciones.
Su estilo sobrio y magnético lo convirtieron en una figura inconfundible de la cultura nacional.
Enfermedad, olvido y una muerte que duele más
Durante sus últimos años, Claxton sufrió serios problemas de salud vinculados a sus riñones y vías urinarias. Fue sometido a una cirugía por carcinoma de vejiga y vivió con una nefrostomía percutánea, lo que limitó severamente su movilidad y calidad de vida.
Obligado a abandonar su hogar en Alamar, dependía del apoyo de su esposa y de la solidaridad popular para conseguir insumos básicos como sondas, bolsas de orina y pañales desechables.
Denuncias por abandono de los artistas retirados
La muerte del actor ha reavivado un viejo reclamo: la desprotección de los artistas cubanos en su vejez. Pese a haber recibido premios como la Distinción por la Cultura Nacional y el Premio ACTUAR por la Obra de la Vida, Claxton nunca contó con una atención médica adecuada por parte del Estado.
Actores, activistas y usuarios en redes sociales han cuestionado la desidia institucional y la ausencia de políticas de respaldo para quienes dedicaron su vida al arte.
Un legado que permanece, aunque él ya no esté
Las instituciones culturales han expresado su pesar por la partida de Claxton. El Consejo Nacional de las Artes Escénicas confirmó que sus restos serán cremados por decisión familiar.
Mientras tanto, su presencia permanece viva en las grabaciones, en la memoria popular y en el corazón de los cubanos que crecieron con sus personajes.
Preguntas frecuentes sobre Samuel Claxton
Aunque no se confirmó una causa oficial, sufría complicaciones renales y había sido operado por cáncer de vejiga. Su estado de salud era delicado desde hacía años.
Su interpretación de Mantilla en la serie Su propia guerra fue uno de sus personajes más recordados y valorados por el público cubano.
En sus últimos años, Claxton no recibió suficiente apoyo estatal y dependía de donaciones para cubrir sus necesidades médicas básicas.
Participó en La última cena, Retrato de Teresa, Caravana, Los días del agua, entre otros clásicos del cine cubano.
Fue galardonado con la Distinción por la Cultura Nacional y el Premio ACTUAR por la Obra de la Vida en 2018.
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