En medio de una profunda crisis económica, apagones constantes y una caída sostenida del turismo, el gobierno cubano ha lanzado un ambicioso plan: transformar el Aeropuerto Internacional José Martí, en La Habana, en el principal centro de conexiones aéreas del Caribe.
La idea fue presentada en la III Feria Internacional de Transporte y Logística, con promesas de inversiones millonarias, modernización tecnológica y ampliación de capacidades. Pero, ¿es realista esta apuesta?
Indice
Un aeropuerto para 10 millones de pasajeros
Joel Beltrán Archer, presidente de la Corporación de la Aviación Cubana S.A. (CACSA), anunció que el plan contempla ampliar la capacidad del aeropuerto a 10 millones de pasajeros anuales.
Para lograrlo, se plantea la remodelación de pistas, plataformas y terminales, especialmente la Terminal 3, que ya cuenta con una nueva sala con capacidad para 300 pasajeros y procesamiento automatizado de equipajes.
También se prevé el desarrollo de un operador de base fija en la Terminal 5, con mejoras en eficiencia, seguridad operacional y atención al pasajero, según las autoridades.
Objetivos: turismo, inversión extranjera y posicionamiento estratégico
El gobierno afirma que este proyecto tiene como fin fortalecer la posición geográfica de Cuba como eje de conexión regional. El objetivo es atraer mayor turismo, fomentar el comercio aéreo y captar inversión extranjera directa, factores que podrían dinamizar la economía de la isla.
Actualmente, el Aeropuerto Internacional José Martí es la principal puerta de entrada aérea a Cuba, que cuenta con 10 aeropuertos internacionales en total.
Los obstáculos: caída del turismo y fuga de aerolíneas
A pesar del entusiasmo gubernamental, los datos del turismo muestran otra realidad. En 2024, Cuba recibió apenas 2,2 millones de visitantes internacionales, menos de la mitad de los 4,7 millones registrados en 2019, antes de la pandemia.
Expertos como el economista José Luis Perelló consideran que el país no alcanzará los niveles previos hasta al menos 2030, lo que ha sido calificado como una “década perdida”.
Además, varias aerolíneas internacionales están cancelando sus rutas hacia Cuba. La suiza Edelweiss Air suspendió su conexión con La Habana en marzo, y la alemana Cóndor eliminará todos sus vuelos hacia la isla en mayo de 2025.
Las razones: baja demanda y problemas con la infraestructura aeroportuaria, agravados por la crisis energética y de abastecimiento que vive el país.
Uno de los mayores retos para materializar este plan es el financiamiento. El presidente de CACSA reconoció que las limitaciones impuestas por el embargo estadounidense y la escasez de liquidez afectan seriamente la capacidad de Cuba para acometer obras de gran envergadura.
Aunque durante la feria se anunciaron acuerdos con empresas extranjeras, como la adquisición de nuevos ómnibus y la creación de talleres logísticos, la magnitud del proyecto aeroportuario requerirá flujos de inversión sostenidos que actualmente no están garantizados.
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