Según fuertes cercanas a la Casa Blanca, citadas por el The New York Times y agencias mundiales de noticias, el recién electo presidente Donald Trump planea convertir al senador cubanoamericano Marco Rubio en el alto puesto de secretario de Estado.
Rubio, senador por Florida de 53 años, ya había estado en papeleta republicana para formar parte de la dupla presidencial junto a Donald Trump como su vicepresidente, hasta que fue escogido JD Vance. Pero un candidato de tanto peso para el partido republicano no quedará desprovisto de importantes responsabilidades.
De ser así, Marco Rubio, ese personaje polémico en su proyección exterior con Cuba, seguirá rompiendo récords. En 2010, cuando asumió su puesto como senador, se convirtió en el primer hijo de inmigrantes cubanos en ocupar un puesto de la Cámara alta.
Ahora, si ocupa su posición al frente de la secretaría de Estado, Rubio no solo sería la primera persona de origen cubano en llegar allí, sino se convertiría así en el primer latino al frente de la diplomacia estadounidense.
Con todas las trompetas que resuenan alrededor de la decisión, resulta curioso ver cómo han quedado zanjadas las diferencias entre Donal Trump y Marco Rubio.
En 2016, cuando ambos políticos se disputaban las primarias presidenciales republicanas, Trump llamó al cubanoamericano como “el pequeño Marco”, en un gesto de ironía y desprecio.
Por su parte, Rubio, agobiado por tanta inquina del magnate, expresó desde un mitin: “Ya saben lo que dicen de los tipos con manos pequeñas. ¡No te puedes fiar de ellos!”.
Pero los años han pasado y los intereses políticos de ambos han llegado para pulir cualquier aspereza entre ambos, y en este 2024 Rubio ha sido un importante aliado de la campaña electoral de Donald Trump, fundamental para garantizarle la victoria al mandatario también con el voto popular.
Pero… ¿Cómo piensa realmente Marco Rubio?
Desde su posición en el Senado se ha hecho notar con su férrea postura hacia las relaciones exteriores de los Estados Unidos. Por ejemplo, es propulsor de ejercer máxima presión contra dos naciones que considera enemigos potenciales de EEUU: China e Irán.
Además, aboga por acabar con la guerra entre Ucrania y Rusia: “No estoy de parte de Rusia, pero por desgracia la realidad es que la guerra en Ucrania va a terminar con un acuerdo negociado”, declaró.
Lo más importante aquí es que estas hostilidades terminen y que Ucrania pueda volver a reconstruir su economía y la gente pueda regresar. Millones de personas han tenido que abandonar ese país. Ha sido devastador para ellos. Pero esa negociación dependerá de ellos. Solo quiero que tengan más influencia que Putin.
agregó.
En cuanto a Cuba, Venezuela y Nicaragua, Rubio es un gran propulsor de todas las sanciones y medidas de embargo económico.
Incluso, como es un fiel defensor de la causa de Israel en su enfrentamiento contra los palestinos. Rubio copatrocinó una resolución del Senado de Estados Unidos desde el que se oponen a la Resolución 2334 de la Organización de las Naciones Unidas, la cual plantea como violación al derecho internacional la construcción de asentamientos israelíes en tierras palestinas ocupadas tras el enfrentamiento.
Su elección como secretario de Estado lo ubicaría en el puesto tres del poder político en EEUU. Con él ocupando ese asiento, se completan en la administración Trump los puestos más importantes de la política exterior, luego de que el presidente designó a la congresista Elise Stefanik como futura embajadora ante la ONU y ha brindado el prestigioso puesto de consejero de seguridad nacional al congresista por Florida Mike Waltz.
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