Hace solo unos minutos, en el escenario de los Juegos Olímpicos de París 2024, el luchador cubano Mijaín López logró una hazaña sin precedentes al conquistar su quinta medalla de oro en lucha grecorromana, un logro que lo consagra como uno de los más grandes atletas en la historia del olimpismo.
A punto de cumplir 42 años, López no solo rompió el empate que mantenía con leyendas como Michael Phelps y Carl Lewis, sino que también se erigió como el único deportista en ser campeón olímpico durante cinco ediciones consecutivas.
El combate final en París fue particularmente emotivo, ya que López se enfrentó a Yasmani Acosta, un antiguo compatriota cubano que ahora compite bajo la bandera de Chile. Este enfrentamiento entre amigos y antiguos compañeros de entrenamiento añadió un toque especial a la victoria de López.
“Vamos por países distintos, pero tenemos la misma sangre”, comentó López antes del enfrentamiento. Este triunfo no solo marcó el final de una carrera legendaria, sino que también simbolizó el cierre de una etapa dorada para el deporte cubano en la lucha grecorromana.
Desde su debut olímpico en Atenas 2004, López ha acumulado una impresionante colección de títulos, incluyendo cinco medallas de oro en campeonatos mundiales y tres preseas de plata, además de ser pentacampeón en los Juegos Panamericanos.
Su dominio en la categoría de más de 130 kilogramos es indiscutible, y su perseverancia y dedicación lo han convertido en un símbolo de excelencia deportiva.
El logro de López es aún más impresionante considerando que después de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, decidió tomarse un descanso prolongado de la competición internacional. Regresó con fuerza y determinación para París 2024, demostrando que su talento y pasión por la lucha siguen intactos.
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