“Actores secundarios de la economía”, así llamó el gobierno cubano a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) cuando en 2021 anunciaron la permisibilidad para su creación. A la altura de 2024, y en plenas sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, los dirigentes sostienen implacables el término, pero los datos revelan otra cosa.
Según declaró públicamente el nuevo Ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez, desde la gran apertura de 2021 al negocio privado se han creado en Cuba un total de 11 350 nuevos actores económicos, de los cuales la Mipyme estatal representa apenas el 2,05% (233), el 0,62% a las cooperativas no agropecuarias (77) y el restante 97,32% pertenece a las Mipymes privadas (11 046).
Del total de Mipymes privadas, ya han culminado los procesos de fundamentación y están constituidas 9 118 de ellas. A estos actores económicos corresponde el monto de 900 millones de dólares en importaciones durante el primer semestre del 2024 (270 mil millones de pesos, según la tasa de conversión actual del mercado informal al que deben recurrir las Mipymes: 1 USD x 300 CUP, la tasa más baja del semestre).
De acuerdo a los datos presentados por el máximo representante del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), la mayor parte de las importaciones realizadas son de bebidas y alimentos para la comercialización directa con la población.
Alonso Vázquez añade que, a pesar de la tendencia, no ha existido un crecimiento similar en los ingresos fiscales, por lo que se evidencias movimientos “oscuros” del sector. Una declaración pública de este tipo puede representar un indicio de mayor presión y control sobre las relaciones comerciales de los negocios privados y sus pagos tributarios.
Definitivamente, la tendencia de las Mipymes es a importar y no exportar. En el propio semestre, solo fueron responsables de 15 millones de dólares, obtenidos por la exportación de carbón vegetal y en menos medida por los servicios tecnológicos a soportes de aplicaciones informáticas.
Mientras se justifica que las Mipymes constituyen actores secundarios de la economía, con que la empresa estatal socialista (un total de 2 674) produce el 80% de las exportaciones de bienes y servicios, los negocios privados dominan el mercado interno del país con un impacto directo en la vida de cada ciudadano.
Los cubanos en estos momentos dependen en su gran mayoría de las Mipymes para satisfacer necesidades básicas como las de adquirir los alimentos, productos de aseo y útiles del hogar.
Para muchos, los precios son abusivos, y es que un millón 300 mil cubanos trabajan con la empresa estatal, percibiendo como salario medio 5 955 CUP, una cantidad que apenas alcanza para 10 libras de pollo, un cartón de huevos y una bolsa de leche en polvo. No en vano 500 mil 167 cubanos han decidido hasta el momento laborar como Trabajadores por Cuenta Propia (TCP).
Las Mypimes, tras el abandono de la responsabilidad estatal con la supervivencia del pueblo, le garantizan los servicios y productos básicos. Aun así, las condenan a muchas de ellas por centrarse en la comercialización y no en las actividades principales declaradas en el momento de la concepción.
El sector privado en Cuba sabe valorar las oportunidades del mercado, y se transforma en consecuencia, para desarrollarse con cada transformación, mucho más rápido de lo que avanzan las legislaciones.
Para un sector complementario a la economía hay muchas miradas, conversaciones en la ANPP y resoluciones emergentes. ¿A caso no se estarán volviendo primarios los actores? Te leemos en comentarios.
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