La búsqueda de oro ha sido uno de los negocios más antiguos del mundo. En Cuba y el resto del Caribe, en los primeros años de su descubrimiento, los colonizadores buscaron con “fiebre loca” este mineral que los haría ricos.
En la actualidad, esta búsqueda se ha retomado en Camagüey, en el centro oriental de la isla de Cuba. No obstante, los daños y perjuicios tanto a la ecología y a la salud de los “buscadores” son evidentes.
Algunos de estos daños son las posibles malformaciones fetales, cáncer de piel, contaminaciones del aire y de la atmósfera y, uno de los más comunes, las afectaciones de tipo respiratorias.
Medios de prensa nacionales exponen que el objetivo de estas personas es actuar fuera de la ley y posicionar sus productos en el mercado informal. En los municipios de Guaimaro y Camagüey se trabaja incansablemente para que estas acciones ilícitas queden bajo control.
En correspondencia con la información brindada por el Tribunal Provincial Popular, fueron procesados 9 personas con cargos por actos contra los recursos naturales y económicos que se encuentran relatados en el artículo 137, apartado dos del Código Penal. Este observa que para tales delitos se debe establecer sanciones de privación de libertad de entre seis meses a dos años. Otro castigo incluye la imposición de multas de 200 o 500 cuotas o ambas.
Más de una treintena de personas estuvieron involucradas en este tipo de actos ilícitos. Cabe destacar que el Departamento de Asuntos Penales de la Fiscalía Provincial explicó que en todos los procesos penales se cumplimentaron las garantías constitucionales y el debido derecho y respeto que se contempla en la ley.
Estos casos de minería furtiva terminan por afectar la situación económica reflejada en la Empresa Geominera de Camagüey, esto sin contar en el impacto ambiental por estas extracciones realizadas por los “cazadores” de oro.
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