Desde niños escuchamos la frase “cubanos hay en todas partes”, y verdaderamente, si se busca bien, es probable que en casi todos los países del mundo exista al menos un espécimen nacido en esta tierra. Millones son ya los emigrantes que han salido del país en algún momento buscando nuevas oportunidades económicas, y cada vez son más las naciones y los lugares del planeta que han sido tocados alguna vez por ellos.
Esta vez, el viaje fue hasta donde nunca antes había llegado otra persona con esta nacionalidad, la joven holguinera Roxana Guerrero llegó hasta el continente helado, la Antártida, convirtiéndose en la primera cubana en la historia en arribar hasta allí.
Roxana, de 20 años de edad, estudió clarinete en la escuela de arte de su natal provincia en Cuba, sin embargo, reside hace algún tiempo en Uruguay, donde se insertó en la Orquesta Nacional Juvenil del Sodre, entidad dedicada a promover la música de concierto y la cultura en el sureño país latinoamericano. Lo que nunca imaginó fue que su devenir en este grupo la llevaría hasta apenas unos 3mil kilómetros del Polo Sur.
Guerrero comentó a la agencia cubana Prensa Latina, que se encuentra en el proceso de grabación de una producción discográfica titulada Continente de Todos, en homenaje al 40 aniversario de la creación de la Base Científica Antártica Artigas (BCAA), institución creada en 1984 por Uruguay a 100km de la península Antártica en la isla Rey Jorge en las Shetland del Sur con el objetivo de realizar investigaciones y promover la ciencia.
La joven contó que Viajaron en el Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Uruguaya desde Montevideo hasta Punta Arenas en Chile, y de allí, a la Antártida. La sede uruguaya en el frío continente fue catalogada por Roxana como un lugar acogedor conformado por cubículos y contenedores.
“Estuvimos dos noches y tres días con el objetivo de hacer un concierto esencialmente uruguayo, que los de la base Artigas disfrutaron mucho y nos acompañaron en el canto”, dijo Guerrero a Prensa Latina. Además, comentó que realizaron varios conciertos, los cuales no pudieron realizarse a la intemperie debido a las condiciones climatológicas típicas del lugar, ya que, a pesar de ser verano, la temperatura era de unos 10 grados bajo cero.
Por último, según comenta Guerrero, durante los días que estuvo allí, la bandera cubana, junto a otras, se mantuvo izada en la base científica que colinda con el Polo Sur.
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