El sector azucarero cubano, que alguna vez fue el pilar económico de la isla, continúa en franco declive. La próxima zafra contará con apenas 15 centrales en operación, marcando uno de los momentos más críticos en la historia de la industria.
La noticia ha generado incertidumbre y cuestionamientos sobre el futuro de una actividad que alguna vez posicionó a Cuba como uno de los mayores productores de azúcar a nivel mundial.
Indice
Cuba llegó a exportar hasta 6 millones de toneladas métricas de azúcar en sus mejores épocas, pero hoy la realidad es muy distinta: el país se ha visto obligado a importar azúcar para cubrir la demanda interna.
La pérdida de financiamiento soviético y las fallidas políticas económicas han llevado a la industria a un deterioro irreversible. La falta de insumos básicos como combustible, fertilizantes y repuestos ha paralizado gran parte de la producción.
El vicepresidente del Consejo de Ministros, Jorge Luis Tapia, reconoció que casi el 50% de las cooperativas del sector tienen rendimientos insuficientes. Mientras tanto, las autoridades siguen apelando al compromiso de los trabajadores para “salvar” la industria, sin que se apliquen reformas sustanciales que reviertan la situación.
Las bases productivas carecen de modernización, y la falta de incentivos económicos ha provocado el deterioro de la infraestructura y la fuga de mano de obra especializada.
Con el colapso del bloque soviético en los años 90, la industria cubana dejó de recibir el apoyo que garantizaba su operatividad. Sin un diagnóstico claro ni medidas reales de recuperación, decenas de centrales azucareros fueron cerrados.
Esto no solo redujo la producción, sino que dejó a cientos de comunidades convertidas en pueblos fantasmas. La dependencia del Estado y la falta de autonomía de los productores han sido factores determinantes en esta crisis.
Con solo 15 centrales operativos, el panorama para la próxima zafra es sombrío. Salvador Valdés Mesa, vicepresidente de la República, destacó que los trabajadores deben ser “protagonistas en la recuperación” y aseguró que la clase obrera “no le fallará a la Revolución”. Sin embargo, el sacrificio sin modernización y la ausencia de cambios estructurales cuestionan la viabilidad de estos esfuerzos.
La situación plantea una pregunta inquietante: ¿Es posible recuperar la industria azucarera sin reformas profundas? La falta de inversión extranjera efectiva y la dependencia de la voluntad política siguen frenando cualquier intento de recuperación.
Sin un diagnóstico claro y políticas que generen rentabilidad, la zafra cubana continuará en caída libre, afectando no solo la economía, sino también el tejido social y las tradiciones que giraban en torno al azúcar.
¿Podrá la próxima zafra marcar un punto de inflexión o será otro paso hacia el colapso definitivo del sector?
TE RECOMENDAMOS:
La empresa estadounidense Walgreens -que opera como la segunda cadena de farmacias más grande de…
El amor y la fidelidad de una mascota suelen ser muy valorados por quienes deciden…
El gran déficit en la generación que presenta la Unión Eléctrica de Cuba (Une) hoy…
El próximo Mundial de Fútbol promete ser un evento que hará vibrar al mundo entero.…
En un operativo que ha sacudido tanto a Ecuador como a Cuba, las autoridades ecuatorianas…
Tras meses de angustia y falta de opciones, finalmente se ha reanudado el servicio de…