En un sorprendente giro en las relaciones comerciales entre Cuba y Estados Unidos, las cifras del primer cuatrimestre de 2024 revelan que la isla ha incrementado significativamente sus compras de pollo, a pesar de los precios en alza.
Pero, ¿Cuál fue exactamente la cantidad de pollo importada y cuánto dinero invirtió Cuba en esta adquisición? La respuesta es más intrigante de lo que parece.
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Durante los primeros cuatro meses de 2024, Cuba importó aproximadamente 145,000 toneladas de pollo de Estados Unidos, una cifra que representa un incremento del 15% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta compra ascendió a un costo total de 160 millones de dólares, lo que refleja un aumento en el precio por tonelada.
El precio promedio del pollo importado se ha incrementado, situándose en aproximadamente 1,100 dólares por tonelada, en contraste con los 950 dólares por tonelada del año anterior. Este incremento se debe, en gran parte, a la inflación global y a los costos de producción elevados en Estados Unidos.
Sin embargo, a pesar de este aumento de precios, la demanda en Cuba ha permanecido constante, impulsada por la necesidad de garantizar el suministro de proteínas en la dieta de la población.
La economía cubana ha enfrentado diversos desafíos, desde la escasez de alimentos hasta las restricciones de divisas, lo que ha llevado a una mayor dependencia de las importaciones de productos básicos como el pollo.
La producción local no ha podido satisfacer la demanda interna, haciendo que las compras a EE.UU. sean una necesidad imperativa. Además, las restricciones del embargo que aún persisten limitan las opciones de comercio exterior para Cuba, dejando a Estados Unidos como uno de los pocos proveedores viables de alimentos.
El aumento en los costos de importación ha generado preocupaciones sobre la sostenibilidad de estas compras a largo plazo y su impacto en la economía cubana. A pesar de los esfuerzos del gobierno por diversificar las fuentes de alimentos, la dependencia de las importaciones de pollo de EE.UU. sigue siendo un punto crítico.
La subida de precios podría afectar a los consumidores, incrementando el costo de vida y exacerbando la situación de escasez alimentaria en la isla.
Se prevé que la tendencia de incremento en las compras de pollo continúe durante el resto del año, a menos que se implementen medidas significativas para aumentar la producción local o se encuentren proveedores alternativos a precios más competitivos.
La situación actual subraya la necesidad urgente de reformas en el sector agrícola cubano y la búsqueda de soluciones sostenibles para garantizar la seguridad alimentaria de la población.
La creciente dependencia de Cuba de las importaciones de pollo de Estados Unidos destaca la complejidad de las relaciones económicas entre ambos países y los desafíos que enfrenta la isla en términos de seguridad alimentaria. La dinámica de precios y la capacidad de Cuba para financiar estas compras seguirán siendo factores críticos en los próximos meses.
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