Medios digitales de prensa y plataformas de redes sociales divulgan por estos días las declaraciones de un cubano en Rusia, que ha sido reclutado para operaciones militares tras ser engañado en cuanto a la labor que ejercería en el país ruso.
El pasado jueves 14 de marzo se dio a conocer una entrevista realizada por el periodista ucraniano Andriy Tsaplienko al ciudadano cubano Frank Darío Jarrosay Manfugas, donde se ofrecen detalles sobre su proceso de reclutamiento para el Ejército ruso luego de haber aceptado una oportunidad de trabajo en áreas de la construcción que concluyó en el campo de batalla sin proponérselo.
Este viernes se efectuó una conferencia de prensa en Kiev, en la cual el jefe de prensa del Comité ucraniano para el tratamiento de los prisioneros de guerra -Petró Yatsenko- advirtió sobre el procedimiento de reclutamiento militar por parte de Rusia.
De acuerdo a las revelaciones del joven de 35 años, el proceso comenzó el pasado 16 de enero del año en curso cuando recibió una invitación de trabajo para labores de restauración en cuestiones de plomería, albañilería y carpintería.
El cubano, de origen guantanamero, señala que los beneficios de viajar al país euroasiático en aceptación de la propuesta laboral, incluía un salario mensual de 250 mil rublos, además de la obtención de la nacionalidad rusa.
Darío Jarrosay afirma que un primer momento se le realizó el pago mensual correspondiente a febrero y otro monto adicional de 100 mil rublos como ayuda económica tras su arribo al país, sumando un total de 350 mil rublos en depósito a su tarjeta personal.
El procedimiento de reclusión parte del envío de una foto del pasaporte al contacto en Rusia que realiza los trámites necesarios para que los cubanos efectúen el viaje, enviando, a través de vías electrónicas, los documentos fechados para la ejecución del vuelo.
El grupo que integraba Jarrosay incluía otras 34 personas de nacionalidad cubana en el mismo propósito de inserción de trabajo en Rusia, y que fueron recibidos en el aeropuerto aún en desconocimiento total del real destino.
El método a continuación consiste en la firma de un contrato que la mayoría de cubanos firman en desconocimiento del contenido, puesto que se presenta en idioma ruso y proceden a la firma del compromiso y responsabilidad de posibles consecuencias en la participación del conflicto bélico en Ucrania, en lugar del contrato laboral falsamente anunciado.
Estaban buscando gente para trabajar, no era directamente para participar en la guerra. Yo no vine a la guerra porque la página decía que uno venía a trabajar en la plomería, albañilería y carpintería (…) ese era el contrato, no a tirar tiros.
declara en el interrogatorio Frank Darío.
“No sabíamos qué decía el contrato en ruso, y te hacen firmar creyendo que es la labor a la que piensas que viniste, y cuando te das cuenta ya estás en un búnker y sientes los tiros en la trinchera. Yo no tengo entrenamiento militar, los cubanos que vienen no tienen ese entrenamiento”.
El testimonio del joven guantanamero también refiere una actitud desconcertante y ambigua de los rusos con los cubanos, pues en ocasiones tenían gestos de empatía y otras veces una postura sumamente recriminante, aparejado a que les explicaban la misión en ruso sin poder entender los argumentos que se les referían y sin la presencia de algún traductor como tampoco existió al momento de la firma del contrato.
Asimismo, refiere que no contaban con todas las medidas de protección necesaria, portaban chaleco antibalas pero no cascos, y un arma AKM sin municiones para disparos. “Estaba perdido en la nada, en medio del monte, hubieran podido dispararme, matarme, porque portaba una AKM sin carga”.
Frank Darío Jarrosay describe el momento de la captura cuando iba en compañía de otros cubanos y rusos y detona un bombardeo que provocó la disgregación del grupo quedando solo, a la par que comienza a perseguir a un ucraniano en confusión de un ruso, propiciando de esta manera su captura.
El caso del joven guantanamero Jarrosay Manfugas es solo un esbozo de muchos cubanos que actualmente se encuentran en una situación similar de reclusión para enfrentamientos bélicos en Ucrania a cambio de promisorios beneficios materiales, tentadores pagos salariales, estancia en país extranjero y legalización de documentos migratorios.
Pedro Roberto Camuza también denunció el pasado año estas acciones de reclutamiento, tras ser su hijo uno de los cubanos engañados en este proceso, y otros cubanos prisioneros de guerra han declarado también ser víctimas durante la conferencia de prensa en Kiev.
Por su parte, las fuentes oficiales cubanas denunciaron el pasado mes de septiembre del 2023 estas acciones de movilización de cubanos con el fin de participar en acciones bélicas en Ucrania, y los organismos gubernamentales manifestaron públicamente una práctica de tolerancia cero frente a estos delitos de “trata de personas, tráfico ilegal y mercenarismo”, según calificativos de la prensa del país.
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