Hace unas horas, un edificio desocupado en la emblemática Pequeña Habana colapsó parcialmente, dejando a la comunidad en estado de alerta y movilizando a las autoridades locales. El incidente, ocurrido durante una intensa lluvia, ha generado diversas hipótesis sobre las causas y ha puesto en evidencia la necesidad de revisar el estado de las edificaciones abandonadas en la zona.
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El pasado domingo, los residentes y trabajadores de la Pequeña Habana fueron sorprendidos por un fuerte estruendo seguido de un apagón. La intensa lluvia que azotaba el área no solo provocó cortes de energía, sino que también contribuyó al colapso parcial del techo del segundo piso de un edificio desocupado.
Los empleados de la compañía Florida Power & Light (FPL), quienes atendían un corte de energía en el área, detectaron el derrumbe y alertaron a las autoridades.
A la llegada de los bomberos y los inspectores de construcción, se determinó que el edificio no era seguro y que debía ser demolido de inmediato. La portavoz de la ciudad de Miami, Kenia Fallat, afirmó que la prioridad era garantizar la seguridad de la comunidad.
Por su parte, el comisionado de Miami, Manolo Reyes, confirmó que la estructura pertenecía a la Junta Escolar del condado Miami-Dade y estaba desocupada desde hacía tiempo.
Los oficiales del departamento de policía rodearon la propiedad y colocaron carteles advirtiendo sobre la inseguridad de la estructura. Como medida de precaución, una parte de la avenida 22 fue cerrada para evitar accidentes con los escombros que pudieran afectar el tráfico.
Los residentes y comerciantes de la Pequeña Habana expresaron su preocupación por la seguridad de otras estructuras abandonadas en el área. Este no es un caso aislado; en noviembre pasado, una vieja casa de dos pisos también se derrumbó debido a intensas lluvias.
La comunidad pide una revisión exhaustiva de todos los edificios en condiciones similares para evitar futuras tragedias.
Las autoridades locales han iniciado una investigación detallada para determinar las causas exactas del colapso y planificar la demolición segura del edificio. “Estamos trabajando en conjunto con los inspectores y la policía para garantizar que todo se maneje de la manera más segura posible”, dijo Fallat.
Esta situación ha puesto en evidencia la importancia de mantener una supervisión constante de las edificaciones abandonadas y asegurar que no representen un peligro para la comunidad.
Este evento ha dejado a la Pequeña Habana con muchas preguntas y una renovada urgencia por abordar los problemas de infraestructura en la zona. Mientras las autoridades continúan su investigación, la comunidad espera respuestas y acciones que aseguren su bienestar y seguridad.
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