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Cada vez es más difícil para los cubanos encontrar alimentos y productos básicos en las tiendas estatales. La escasez, la inflación y los bajos salarios han convertido a la libre importación en una de las pocas alternativas para acceder a bienes esenciales.
Sin embargo, el gobierno ha decidido aumentar los controles sobre lo que entra al país, aplicando decomisos masivos que dejan a muchas familias sin los productos que esperaban recibir.
¿Hasta qué punto se endurecerán las restricciones? ¿Cuál es el verdadero impacto en la vida de los cubanos? Aquí te contamos todos los detalles.
En un periodo de apenas ocho meses, la Aduana General de la República de Cuba ha confiscado más de 7 toneladas de alimentos, 280,000 unidades de productos de aseo y 760 tabletas de medicamentos en aeropuertos y puertos del país.
Estos decomisos han sido justificados bajo el argumento de que algunos viajeros intentaban introducir los productos con fines comerciales, algo que está prohibido por la actual normativa de importación.
A pesar de que el gobierno extendió la libre importación de alimentos, medicamentos y artículos de aseo hasta abril de 2025, las autoridades han intensificado las inspecciones y restricciones.
La viceministra de Finanzas y Precios, Jenisley Ortiz Mantecón, argumentó que los controles buscan evitar que la flexibilización sea aprovechada para actividades comerciales no autorizadas.
Según las autoridades cubanas, los decomisos responden a la necesidad de mantener la importación no comercial dentro de los límites establecidos. Entre los principales motivos de retención de productos se encuentran:
Los pasajeros deben respetar las restricciones de peso y volumen impuestas por la Aduana. Si superan estos límites, sus productos pueden ser confiscados.
El ingreso reiterado de grandes volúmenes de un mismo producto es considerado una violación de la normativa y puede derivar en la incautación de los artículos.
Algunos medicamentos requieren permisos específicos del Ministerio de Salud Pública. Si los viajeros no presentan la documentación adecuada, sus productos pueden ser retenidos.
Las normas aduaneras exigen que los productos exentos de aranceles sean transportados en bultos separados del equipaje personal para evitar irregularidades en su comercialización.
Las autoridades vigilan que la importación no se utilice como un mecanismo de evasión fiscal. Aunque ciertos productos están exentos de aranceles, el gobierno revisa constantemente su impacto en la economía interna.
El aumento en los decomisos ha generado gran preocupación entre los cubanos, tanto dentro como fuera del país.
Para muchos, la libre importación se ha convertido en una vía esencial para acceder a productos básicos que escasean en la isla.
Sin embargo, la aplicación rigurosa de estas medidas ha provocado un sentimiento de incertidumbre y malestar en la población.
En redes sociales, la reacción no se ha hecho esperar. Algunos ciudadanos critican la falta de estabilidad en las normativas y la constante incertidumbre que genera la posibilidad de que sus productos sean decomisados.
Otros denuncian que estas restricciones solo aumentan el mercado negro y favorecen la reventa de artículos a precios más altos.
“Si la situación del país no mejora, ¿por qué siguen imponiendo más trabas?”, cuestionó un usuario en redes sociales.
“Es como si quisieran mantenernos en un estado de constante preocupación. Hoy permiten, mañana no. No hay estabilidad ni certeza en nada”, comentó otro.
Además, las familias que dependen de remesas en forma de productos importados desde el exterior se ven particularmente afectadas.
Cada decomiso significa una pérdida económica significativa y, en muchos casos, la imposibilidad de acceder a bienes de primera necesidad.
Aunque el gobierno ha extendido la exención de aranceles hasta abril de 2025, no ha dado garantías de que la medida se mantendrá después de esa fecha.
De hecho, la incertidumbre sobre el futuro de estas regulaciones sigue siendo un factor de preocupación para quienes dependen de las importaciones.
Las autoridades han anunciado que revisarán nuevamente la normativa en abril de 2025 para determinar si la prórroga continuará o si se aplicarán nuevos ajustes.
Sin embargo, muchos cubanos temen que el endurecimiento de los controles pueda significar el fin de esta política, dejando a miles de familias sin una de sus principales alternativas para enfrentar la crisis económica.
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