El expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, de 82 años, ha sido diagnosticado con una forma avanzada de cáncer de próstata, con metástasis ósea, según confirmaron medios estadounidenses y su equipo médico este domingo 18 de mayo de 2025.
La detección se realizó tras identificar un pequeño nódulo en la próstata del exmandatario durante un chequeo de rutina. El diagnóstico definitivo indicó una puntuación de Gleason de 9 (Grupo de Grado 5), lo que representa una de las formas más agresivas de este tipo de cáncer.
Sin embargo, los médicos señalaron que el cáncer es hormonosensible, lo que permite aplicar tratamientos eficaces para controlar su progresión.
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La familia Biden se encuentra actualmente en consulta con profesionales de la salud para decidir entre las diversas opciones terapéuticas disponibles. Uno de los tratamientos más probables es el uso de hormonas para frenar el avance del cáncer, una técnica común en casos de esta naturaleza.
Por el momento, Biden permanece en su residencia en Wilmington, Delaware, desde donde sigue recibiendo atención médica.
No es la primera vez que la salud del expresidente genera atención. En 2023, cuando aún ejercía como jefe del Ejecutivo, se le extirpó una lesión cutánea que resultó ser un carcinoma de células basales —un tipo común de cáncer de piel—, aunque fue removido exitosamente.
También ha tenido antecedentes de otros tipos de cáncer no melanoma, relacionados con una prolongada exposición al sol en su juventud.
La noticia ha provocado una ola de solidaridad tanto dentro como fuera del ámbito político. El expresidente Donald Trump, actual líder republicano, expresó a través de Truth Social:
“Melania y yo estamos tristes por el reciente diagnóstico médico de Joe Biden. Le mandamos nuestros mejores deseos a Jill y a su familia, y le deseamos a Joe una rápida y exitosa recuperación”.
Legisladores de ambos partidos, incluidos la demócrata Jasmine Crockett y el senador Peter Welch, también enviaron sus buenos deseos. Incluso figuras republicanas conocidas por sus críticas, como Marjorie Taylor Greene, se mostraron conmovidas por la situación.
El diagnóstico llega en un momento complejo para el Partido Demócrata, que se encuentra en medio de un proceso de reflexión tras las elecciones presidenciales.
Las dudas sobre la capacidad de Biden para postularse nuevamente ya habían cobrado fuerza debido a señales de deterioro cognitivo y problemas de memoria observados durante el último tramo de su mandato.
Ahora, con un tratamiento oncológico inminente y una enfermedad delicada, su rol futuro en la política estadounidense queda en incertidumbre, mientras su familia y su equipo evalúan los próximos pasos.
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