La emoción se desbordó en el Arena Campo de Marte cuando Gabriel Rosillo, el luchador cubano, sumó una nueva medalla al exitoso palmarés de Cuba en los Juegos Olímpicos de París 2024.
En un combate que apenas duró 42 segundos, Rosillo se alzó con la medalla de bronce en la categoría de lucha grecorromana de 97 kilogramos. La contienda se decidió rápidamente debido a una lesión en el hombro derecho de su oponente, el uzbeco Rustam Assakalov, quien se vio obligado a retirarse.
Rosillo, originario de Santiago de Cuba y de 25 años, expresó sentimientos encontrados tras la victoria. Aunque el objetivo de obtener la medalla se cumplió, ganar debido a la lesión de su contrincante le dejó un sabor agridulce.
“Él también quería luchar por esa medalla, pero a veces las cosas salen como son y me dio la ventaja de ganar la medalla”, comentó Rosillo. Este logro se suma a su destacada carrera, que incluye un campeonato mundial juvenil en 2019 y un título mundial en 2023 en Belgrado.
Para llegar a este punto, Gabriel Rosillo superó varios desafíos. Venció al alemán Alexandros Lucas Lazogianis y al finlandés Arvi Martin Savolainen, antes de caer ante el armenio Artur Aleksanyan, un siete veces medallista mundial. Esta derrota lo llevó a disputar el bronce contra Assakalov, un veterano luchador con un historial impresionante.
En su enfrentamiento por el bronce, Rosillo marcó sus dos primeros puntos en los primeros 40 segundos, pero no fue necesario continuar, ya que Assakalov no pudo recuperarse de su lesión. Con esta victoria, Rosillo no solo sumó una medalla más para Cuba, sino que también demostró su capacidad de resiliencia y determinación en la lucha.
La medalla de bronce de Rosillo es la tercera para la delegación cubana en París 2024 y la segunda en lucha, siguiendo el oro histórico de Mijaín López en los 130 kg.
Este logro refuerza el dominio de Cuba en la lucha grecorromana y añade otro capítulo glorioso a la rica historia deportiva de la isla. Además, este triunfo subraya la dedicación y el esfuerzo continuo de los deportistas cubanos en el escenario olímpico.
Gabriel Rosillo ha dejado claro que su carrera está en ascenso, y su medalla en París es un testimonio de su talento y perseverancia. Con cada victoria, Rosillo no solo eleva su estatus personal, sino que también inspira a futuras generaciones de luchadores cubanos a alcanzar la grandeza.
Con la mirada puesta en el futuro, Rosillo y sus compañeros luchadores continúan su preparación y dedicación, con la esperanza de seguir llevando el nombre de Cuba a lo más alto del podio en futuras competencias internacionales.
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