El pasado 7 de diciembre ocurrió un choque entre dos trenes de carga, en la provincia Sancti Spiritus, en las inmediaciones de las estaciones de Siguaney y Guayos. Entre los daños reportados resaltan afectaciones a una de las locomotoras.
La infraestructura vial no tuvo impactos considerables y ninguna persona resultó lesionada. La consecuencia más negativa de este accidente fue el derrame de petróleo crudo nacional.
Una de las 26 pailas que transportaba este combustible se volcó, aunque se controló con inmediatez el vertimiento, se hicieron acciones con la empresa estatal Cuba Petróleo (Cupet) para recuperar parte de los más de 60 mil litros del crudo.
Luego de las labores iniciales y la creación de barreras de contención, se acometen otras de saneamiento ambiental para mitigar los efectos de este derrame petrolero en la zona.
Refieren especialistas del Centro de Servicios Ambientales que los daños ocasionados al ecosistema no son significativos, gracias a la rápida actuación de las autoridades involucradas en la recuperación del vertimiento.
Aun así es innegable que tiene un saldo negativo en el entorno, el suelo y las plantaciones de esa zona.
Vecinos hicieron zanjas en las cercanías de las vías férreas y parte del petróleo se estancó en esos canales. Comunitarios de esa zona reportan inundaciones del líquido en patios de sus viviendas.
Autoridades del municipio Guayos y la provincia espirituana precisaron que los expertos de Higiene y Epidemiología deben vigilar minuciosamente los pozos de agua potable que están cerca de las áreas del derrame de combustible.
Mientras esas investigaciones se culminan se recomienda a la población no consumir agua de esas fuentes de abasto, hasta determinar si sufrieron alguna contaminación.
Expertos del Centro de Servicios Ambientales adelantan que es posible una afectación a la calidad del agua de dos viviendas afectadas, ya que ambas cuentan con fuente de abasto propia.
El manto freático podría quedar contaminado y de ahí la necesidad de la revisión de los pozos cercanos. Se reportan quejas de los vecinos por el fuerte olor a petróleo crudo que aún se siente en el entorno, pero no hay evidencias inmediatas de contaminación en el aire
De todo el combustible que se derramó a consecuencia del choque de trenes, trabajadores de la Refinería Carlos Enríquez Díaz Bernal ha recuperado alrededor del 70 por ciento y lo trasladan en carros cisternas para su procesamiento.
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