
Viajar o mudarse a Estados Unidos con un perro ya no es tan sencillo como comprar un pasaje y presentarse en el aeropuerto con la mascota en su transportín. Desde 2024 se han implementado nuevas normas sanitarias y de control que afectan a cualquier persona que quiera ingresar al país con un perro, ya sea por turismo, cambio de residencia, adopción internacional o regreso de un viaje al exterior.
El objetivo principal de estas regulaciones es proteger la salud pública y evitar la reintroducción de la rabia canina en Estados Unidos. Pero en la práctica significan algo muy concreto para los dueños de mascotas: más requisitos, más documentación y la necesidad de planificar el viaje con mucha más anticipación.
En esta guía definitiva encontrarás, paso a paso, qué ha cambiado, qué se exige ahora para que un perro pueda entrar a territorio estadounidense, cómo varían las condiciones según el país desde el que viajes y qué trámites debes completar antes de subir al avión. También revisaremos los errores más frecuentes que cometen los viajeros, las consecuencias de no cumplir las normas y algunos consejos prácticos para que tu perro llegue seguro, sin contratiempos y sin riesgo de ser rechazado en la frontera.
Indice
Estados Unidos actualizó por completo el sistema de control para la entrada de perros al país. Lo que antes eran requisitos relativamente simples —certificado de salud y, en algunos casos, vacuna antirrábica— ahora se convirtió en un proceso más estricto y estandarizado. Estas nuevas reglas buscan garantizar que cualquier perro que cruce la frontera esté correctamente identificado, libre de enfermedades de alto riesgo y con toda su documentación validada antes del viaje.
La medida aplica a todos los perros sin excepción. No importa si el animal es de compañía, de servicio, si viaja por vacaciones, si regresa tras un viaje con sus dueños o si fue adoptado en el extranjero. Todas las categorías están incluidas en las normas actuales.
Uno de los cambios más importantes es que ya no basta con demostrar que el perro está sano. Ahora se evalúa su país de procedencia, su historial de vacunación, su edad, su microchip y hasta los lugares donde ha estado en los últimos meses. También se exige un formulario oficial obligatorio que debe completarse antes del viaje, y en ciertos casos, el ingreso solo puede realizarse por aeropuertos autorizados equipados para inspecciones especializadas.
Otro punto clave es la edad mínima. Los perros que ingresen a Estados Unidos deben tener al menos seis meses de vida, lo que busca impedir la importación de cachorros muy jóvenes cuya vacunación no puede verificarse adecuadamente.
Además, el país introdujo un sistema más exigente para quienes viajan desde o han estado recientemente en territorios clasificados como de alto riesgo de rabia. Para estos casos se requiere documentación adicional, certificados veterinarios reforzados e incluso, dependiendo de la situación, una reserva en instalaciones autorizadas para completar controles sanitarios.
Independientemente del país desde el que viajes, todos los perros deben cumplir un conjunto de requisitos básicos. Estas reglas son obligatorias para cualquier ingreso a Estados Unidos y forman la base del control sanitario actual.
A continuación, se detallan de forma precisa para que puedas prepararlos con antelación:
Ningún perro menor de seis meses puede ingresar al país. Esta medida garantiza que el animal pueda haber recibido su vacunación de forma adecuada y permite verificar su historial sanitario. Si viajas con un cachorro, debes ajustar tu itinerario a esta restricción sin excepciones.
El perro debe estar identificado con un microchip compatible que pueda ser escaneado en la inspección de llegada. Este microchip debe colocarse antes de cualquier vacunación relevante para el viaje, especialmente la vacuna antirrábica en los casos donde aplique. Además, es importante asegurarse de que el microchip esté legible, ya que un dispositivo defectuoso puede causar retrasos o impedir la entrada.
El perro debe presentarse físicamente sano al momento de la inspección. Esto incluye una evaluación visual hecha por los agentes sanitarios. Si el perro muestra signos de enfermedad, heridas graves, fiebre o comportamientos que sugieran malestar, la entrada puede ser rechazada o condicionada a una evaluación adicional.
Antes de viajar, el dueño debe completar un formulario electrónico de importación de perros. Este documento registra datos del perro, del viaje, del propietario y de la documentación sanitaria. Sin este formulario, el ingreso no será permitido. Aunque puede completarse relativamente rápido, es recomendable hacerlo con varios días de anticipación para evitar errores o inconsistencias.
El dueño debe presentar todos los documentos requeridos en su versión original o copia digital válida. Esto incluye certificados veterinarios, historial de vacunación, datos del microchip y cualquier otro requisito específico según el país de origen o el tipo de vacunación realizada. La falta de un documento, la presencia de errores tipográficos o fechas incorrectas puede ser motivo para detener el proceso de admisión.
Aunque cada aerolínea tiene sus propias reglas, Estados Unidos exige que el perro viaje en un transportín seguro, con ventilación adecuada y espacio suficiente para moverse. Además, el transportista puede solicitar documentación adicional, por lo que es fundamental verificar sus normas antes de la fecha del vuelo.
Cumplir todos los requisitos sanitarios y documentales no solo evita retrasos en la frontera, sino que también protege la seguridad de tu mascota durante el viaje. Esta guía práctica te ayudará a organizar cada etapa con la anticipación necesaria.
Antes de reunir cualquier documento, debes determinar en qué categoría cae tu viaje. El control no se basa únicamente en el país de salida, sino en los lugares donde el perro ha estado durante los últimos seis meses. Esta clasificación define los certificados necesarios, si necesitas una vacuna antirrábica válida, si debes reservar una inspección especial o incluso si solo puedes ingresar por ciertos aeropuertos autorizados.
Confirma que el perro tiene al menos seis meses de vida. Ningún cachorro menor podrá ingresar, sin excepción. También verifica el microchip: debe estar colocado antes de cualquier vacunación relevante y debe funcionar correctamente. Muchos viajeros olvidan comprobar que el microchip sea legible; si el escáner no lo detecta en el aeropuerto, la entrada puede ser denegada.
Dependiendo de la categoría de riesgo del país y del historial del perro, podrías necesitar presentar una vacunación antirrábica válida o un certificado adicional emitido por un veterinario autorizado.
Si la vacuna se aplicó fuera de Estados Unidos en un país clasificado como de alto riesgo, el proceso de validación puede ser más estricto, por lo que es recomendable realizarlo con tiempo suficiente.
En función del país de riesgo y del historial de vacunación, podrías necesitar uno o varios de los siguientes documentos:
Es fundamental que todos los datos coincidan: microchip, fechas, nombre del perro y firma del veterinario.
Este paso es indispensable para ingresar a Estados Unidos El formulario electrónico debe completarse antes del vuelo, y una copia debe presentarse al momento de la llegada. Allí se incluyen los datos del propietario, del perro, del itinerario y de la documentación sanitaria.
Cualquier error, dato incompleto o fecha contradictoria puede retrasar la admisión, por lo que es recomendable revisar el documento varias veces antes de enviarlo.
En ciertos casos —especialmente cuando el perro proviene de un país de alto riesgo o posee certificación de vacunación extranjera— solo se permite la entrada por aeropuertos autorizados que cuentan con instalaciones especiales para inspecciones.
Si este es tu caso, debes asegurarte de que tu vuelo llegue a uno de esos puntos habilitados, pues ingresar por otro aeropuerto no será permitido.
Algunos viajeros necesitan reservar, con anticipación, un espacio en una instalación reconocida que realizará la inspección obligatoria del perro al llegar a Estados Unidos. Esto puede aplicar si:
La reserva debe coordinarse antes del viaje, y su confirmación formará parte de la documentación obligatoria.
Antes de salir hacia el aeropuerto, organiza toda la documentación del perro en un único archivo o carpeta:
Este pequeño detalle evita contratiempos en el control fronterizo y facilita el proceso de inspección.
Además de las reglas del gobierno de Estados Unidos, cada aerolínea tiene normas particulares sobre transporte de mascotas: tipo de transportín, peso permitido, ubicación del perro (cabina o bodega), certificados adicionales o restricciones por clima.
Para evitar sorpresas, revisa estas condiciones antes de comprar el boleto y confirma cualquier detalle especial con el transportista.
Aunque cumplas con los requisitos oficiales, muchos viajeros enfrentan problemas por detalles que parecen insignificantes, pero que pueden causar demoras o incluso la denegación de entrada del perro. Esta sección reúne las recomendaciones más importantes para garantizar que el viaje sea fluido y sin sorpresas.
Uno de los fallos más frecuentes es que el microchip no pueda leerse al llegar. Esto sucede por mala colocación, por falta de compatibilidad o simplemente porque el dispositivo está defectuoso. Lo ideal es pedir al veterinario que escanee el microchip días antes del viaje para asegurarte de que aparece correctamente en el lector.
El número de microchip debe aparecer igual en todos los certificados, y la información del perro debe ser uniforme. Errores menores como un dígito cambiado en el número de chip, fechas inconsistentes en la vacunación o nombres escritos de manera diferente pueden generar dudas en la inspección y retrasar el proceso.
Muchos viajeros confían únicamente en el móvil, pero una batería agotada o un archivo que no abre puede complicarlo todo.
Tener una carpeta física con los documentos facilita el trabajo del personal de inspección y disminuye el tiempo de espera al llegar.
Aunque todos los requisitos sanitarios estén en regla, la falta del formulario previo hará que el perro no pueda ingresar.
Debe completarse siempre antes del vuelo y presentarse en la llegada. Si falta información o hay datos incorrectos, tendrás que corregirlo y eso puede implicar retrasos significativos.
Si tu perro proviene de un país de alto riesgo o posee documentos emitidos en el extranjero, debes verificar si necesitas ingresar por un aeropuerto específico.
Muchos viajeros no revisan este punto y descubren demasiado tarde que su aeropuerto no está autorizado para el tipo de inspección que requieren sus mascotas.
Cada aerolínea establece políticas sobre transporte en cabina o en bodega, temperaturas máximas permitidas y tipo de transportín. Ignorar estas reglas puede resultar en que el perro no pueda abordar o que tengas que hacer cambios de última hora con costos elevados.
Para muchos casos se exige que la vacuna esté asociada al microchip y cumpla con tiempos mínimos previos al viaje. Vacunar demasiado tarde, usar vacunas no reconocidas o no tener constancia de la aplicación vinculada al microchip son errores que causan negaciones de entrada.
Si haces escala en países no recomendados, aunque sea por pocas horas, tu perro podría ser clasificado dentro de un nivel de riesgo más alto. Esto cambia por completo los requisitos y puede obligarte a cumplir con procedimientos adicionales.
Debe ser lo suficientemente amplio para que el perro pueda moverse, estar de pie y girar sin dificultad. Un transportín en mal estado puede ser motivo para negar el embarque o exigir un cambio de última hora.
Imprevistos ocurren: vuelos reprogramados, retrasos, documentos que generan dudas. Tener un respaldo digital, números de teléfono de veterinarios autorizados o incluso un itinerario alternativo puede ayudarte a resolver situaciones sin estrés.
Muchos dueños creen que las normas solo aplican cuando un perro ingresa por primera vez a Estados Unidos, pero esto no es así. Si tu perro ya vive en el país y planeas sacarlo temporalmente —por vacaciones, visita familiar o mudanza parcial—, debes asegurarte de que podrá volver sin complicaciones. En esta sección encontrarás lo que debes tener en cuenta antes de salir del país con tu mascota.
Aunque el perro resida en Estados Unidos, lo que importa es el lugar donde estará antes de regresar. Si viajas a un país clasificado como de alto riesgo de rabia, la normativa de retorno será más estricta. Esto significa que deberás preparar documentos adicionales y asegurar que la vacunación y el microchip cumplan con todas las exigencias antes del reingreso.
Algunos viajeros olvidan renovar la vacuna a tiempo o la aplican sin verificar que el microchip se lea correctamente. Para el regreso, la vacunación debe estar vigente y registrada de forma adecuada. Si el perro sale del país con una vacuna a punto de vencer, podría perder la validez durante el viaje y generar requisitos adicionales al reingresar.
Incluso si el perro ya vive en Estados Unidos, el formulario de importación debe completarse en cada regreso. Esto permite actualizar la información del viaje, los países visitados y la documentación sanitaria. No completar el formulario puede impedir la entrada del perro, aunque todo lo demás esté en regla.
Dependiendo del país visitado y de la duración del viaje, podría exigirse que un veterinario oficial del país extranjero certifique la salud del perro antes del regreso.
Este documento debe emitirse siguiendo estándares específicos y con información completamente coherente con el microchip y la vacunación.
Si haces tránsito en un país de alto riesgo, aunque no salgas del aeropuerto, tu perro puede ser clasificado dentro de esa categoría. Esto complicaría los requisitos para regresar a Estados Unidos y podría obligarte a coordinar inspecciones adicionales o presentar certificados que no habías previsto.
Si el perro estuvo en un país de alto riesgo o tiene documentación emitida fuera de Estados Unidos, es posible que el reingreso solo esté permitido a través de aeropuertos específicos con capacidad para inspecciones más avanzadas.
Planificar la ruta sin considerar este punto puede provocar cambios de última hora difíciles de resolver.
Para viajes internacionales frecuentes, es recomendable mantener una carpeta con:
Esto reduce errores y facilita el cumplimiento de cualquier nuevo requisito.
En algunos aeropuertos, los perros que llegan como carga aérea pasan por inspecciones distintas a los que viajan en cabina o bodega. Es importante confirmar con anticipación los procedimientos del punto de entrada y del transportista para evitar sorpresas o retenciones innecesarias.
La actualización de las reglas para ingresar perros a Estados Unidos no solo modifica trámites; también transforma la manera en que miles de personas viajan y planifican la vida de sus mascotas. Estas normas tienen efectos en familias que emigran, turistas, profesionales que viajan por trabajo, adoptantes internacionales y organizaciones dedicadas al rescate de animales. A continuación, se explica cómo cambian las dinámicas para cada uno de estos grupos.
Para quienes planifican viajes cortos, las nuevas normas significan mayor preparación y tiempos más largos antes de volar.
Ya no se puede improvisar un viaje con mascota; se deben validar certificados, revisar microchips, completar formularios y, en algunos casos, ajustar el itinerario a aeropuertos específicos. Los dueños también deben considerar los costos adicionales que pueden surgir: certificados veterinarios internacionales, nuevas vacunas, transportines aprobados y reservas en instalaciones autorizadas si aplica.
Este grupo enfrenta los cambios con más intensidad. Trasladarse a Estados Unidos implica coordinar documentos personales, mudanza y ahora un proceso sanitario más estricto para la mascota. Quienes se mudan desde países de alto riesgo deben prever certificaciones adicionales, tiempos de validez estrictos y posibles inspecciones en la llegada.
Un error en la documentación puede generar retrasos en el ingreso del perro, lo que afecta emocionalmente y también económicamente a la familia.
Si la persona entra y sale del país varias veces al año, debe estar especialmente atenta a la vigencia de la vacunación antirrábica, a las escalas en países de riesgo y a la necesidad de volver a completar el formulario obligatorio en cada viaje.
Para estos casos, lo ideal es mantener un archivo actualizado y evitar conexiones innecesarias en territorios que puedan generar requisitos adicionales.
Las nuevas normas han impactado fuertemente a quienes adoptan perros fuera de Estados Unidos.
Muchos de estos animales provienen de países de alto riesgo, por lo que el adoptante debe prepararse para cumplir protocolos más estrictos: certificaciones oficiales, reservas de inspección, documentos reforzados y controles adicionales al llegar. Esto puede extender el proceso de adopción y aumentar los costos asociados.
Las instituciones que rescatan perros en el extranjero enfrentan un desafío mayor. El traslado de varios animales requiere cumplir de forma rigurosa con todos los requisitos de edad, vacunación, microchip y certificados. Además, deben coordinar vuelos que lleguen únicamente a aeropuertos autorizados y, en algunos casos, gestionar inspecciones en instalaciones especializadas.
El nuevo sistema obliga a estas organizaciones a profesionalizar aún más sus procesos logísticos y sanitarios.
Las nuevas normas pueden elevar los costos del transporte internacional de animales debido a:
También impactan el tiempo de preparación, que ahora puede extenderse varias semanas o incluso meses, dependiendo del país de origen del perro.
Aunque los requisitos son más estrictos, también generan beneficios claros. El control más riguroso reduce el riesgo de entrada de enfermedades, protege la salud pública y eleva el estándar de bienestar animal en los procesos de transporte internacional.
Además, permite que los dueños viajen con mayor seguridad, sabiendo que el país de destino aplicará protocolos sólidos en cada caso.
Aunque cumplir los requisitos es fundamental, contar con la información correcta en el momento adecuado puede marcar la diferencia entre un ingreso fluido y una experiencia complicada en el aeropuerto. Por eso, esta sección reúne los recursos esenciales que cualquier viajero debería tener a mano antes de planificar el ingreso de su perro a Estados Unidos.
Este documento es obligatorio para cualquier entrada al país. Contiene los datos del perro, del dueño, de la ruta de viaje y de los certificados sanitarios. Debe completarse antes de viajar y presentarse al momento de la llegada. Tener una copia digital y otra impresa es lo más recomendable.
Estados Unidos clasifica a los países según su situación epidemiológica frente a la rabia canina.
Consultar esta lista es el primer paso para determinar qué tipo de documentación necesitarás y si tu perro podrá ingresar por cualquier aeropuerto o solo por puntos autorizados.
Los dueños deben asegurarse de que la vacunación antirrábica, cuando aplique, cumpla con todos los criterios exigidos. Existen guías detalladas que explican cómo debe registrarse la vacuna, cómo se relaciona con el microchip y cuánto tiempo debe transcurrir entre su aplicación y el viaje.
Algunos perros solo pueden ingresar por aeropuertos específicos que cuentan con instalaciones certificadas para inspecciones más completas. Revisar este listado es esencial si tu perro proviene de un país de alto riesgo o si posee documentación emitida en el extranjero.
En casos particulares, los perros deben someterse a una revisión en un centro autorizado al llegar al país. Estas instalaciones están aprobadas para verificar microchip, documentos y estado de salud.
Si tu caso lo requiere, deberás hacer una reserva previa y presentar la confirmación en el punto de entrada.
Cada aerolínea tiene sus propias políticas para transportar mascotas. Esto puede incluir restricciones por peso, tipo de transportín, temperatura en el aeropuerto, ubicación del perro durante el vuelo y documentación adicional. Es importante revisar estas normas desde el momento en que eliges la aerolínea, no después de comprar el boleto.
Si debes obtener certificados emitidos por veterinarios avalados por la autoridad sanitaria del país de origen o realizar pruebas complementarias, es indispensable acudir a profesionales autorizados. Una firma no válida o un laboratorio no reconocido puede invalidar toda la documentación.
Además de las normas generales, los dueños pueden necesitar asistencia para situaciones particulares: escalas en varios países, perros adoptados en el extranjero, viajes de emergencia o documentos que presenten inconsistencias. Los organismos oficiales disponen de canales de consulta y contacto que se pueden utilizar para resolver dudas antes de viajar.
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