
El envío de remesas hacia Cuba vuelve a estar en el centro de las dudas tras la entrada en vigor del nuevo mercado cambiario. Para miles de familias, la pregunta no es teórica ni económica en abstracto: qué pasa con el dinero que llega desde el exterior y cómo se convierte ahora en pesos cubanos.
El cambio no está en el acto de enviar una remesa, sino en el marco en el que esa operación se procesa. Con el nuevo sistema, las remesas dejan de moverse en un esquema difuso y pasan a integrarse de forma explícita en un mercado cambiario organizado, con reglas definidas sobre tasas, intermediarios y tipos de operación.
Esto introduce una diferencia clave respecto a etapas anteriores: la tasa de cambio ya no es una cifra fija ni permanente, y el monto final que recibe una familia puede variar según el día, el canal utilizado y la forma en que se ejecute la operación.
En este artículo explicamos, paso a paso y en lenguaje claro, qué cambia y qué no cambia para las remesas en Cuba, cómo se encuadran dentro del nuevo mercado cambiario y qué aspectos prácticos deben tener en cuenta quienes envían y reciben dinero desde el exterior.
Indice
Para entender cómo funcionan ahora las remesas, lo primero es identificar qué operaciones reconoce explícitamente el nuevo mercado cambiario cuando el dinero llega desde el exterior. La normativa no habla de “remesas” como un concepto informal, sino que las integra dentro de operaciones cambiarias concretas, con reglas claras sobre su ejecución.
Dentro del nuevo esquema, se consideran operaciones cambiarias del Segmento III aquellas en las que una persona natural recibe fondos provenientes del exterior y estos se liquidan en pesos cubanos. Esto incluye tanto:
En estos casos, el sistema financiero actúa como intermediario entre la divisa que entra al país y el peso cubano que finalmente recibe la persona. La conversión no es automática ni simbólica: es una operación formal de compra de divisas, regida por la tasa vigente del día para el Segmento III.
También quedan cubiertas las transferencias que llegan desde cuentas en el exterior o desde cuentas en divisas y que se acreditan en pesos cubanos. A efectos prácticos, el resultado es el mismo: la divisa se compra por el sistema financiero y se entrega su contravalor en moneda nacional.
Esto aclara una duda frecuente: Cuando una remesa se convierte a CUP, no se trata de un simple depósito, sino de una operación cambiaria sujeta a una tasa específica y a las condiciones del mercado del día en que se ejecuta.
Un punto importante que introduce la norma es la separación entre dos momentos distintos:
El nuevo marco deja claro que es el segundo momento —la operación cambiaria— el que determina el valor final en CUP. Por eso, aunque el monto enviado desde fuera sea el mismo, el resultado en pesos puede variar según la tasa vigente y las condiciones aplicadas por el intermediario.
Con esto, las remesas quedan plenamente integradas al mercado cambiario formal, con reglas explícitas y un tratamiento definido.
Uno de los cambios más importantes del nuevo esquema es que la tasa de cambio deja de ser un valor fijo y pasa a funcionar como una referencia variable, que se actualiza con regularidad y sobre la cual se construyen las operaciones reales de compra y venta de divisas.
Para las remesas, entender este mecanismo es clave, porque no todo depende del monto enviado, sino de cómo se calcula la conversión en el momento en que se ejecuta la operación.
El sistema establece una tasa de cambio de referencia para el Segmento III, que es publicada por la autoridad monetaria y sirve como base para las operaciones del día. Esa tasa refleja el valor de la divisa frente al peso cubano dentro del mercado cambiario formal.
Sin embargo, esa cifra no es exactamente la que recibe la persona cuando se convierte una remesa a CUP. Su función es actuar como punto de partida técnico para que las instituciones financieras formen los precios finales de la operación.
Cuando una remesa se convierte a pesos cubanos, el sistema financiero está realizando una compra de divisas. En sentido contrario, cuando una persona adquiere divisas entregando CUP, se trata de una venta de divisas.
Por eso existen dos tasas distintas:
Ambas se calculan a partir de la tasa de referencia, pero no coinciden con ella.
La diferencia entre la tasa de referencia y las tasas de compra y venta se explica por el margen comercial. Este margen es un porcentaje que las instituciones financieras aplican para cubrir costos operativos, gestionar riesgos y regular la disponibilidad de divisas.
En términos prácticos, esto implica que:
Para quien recibe una remesa y la convierte a CUP, el valor que importa es la tasa de compra vigente ese día. De ahí que dos remesas idénticas, recibidas en días distintos, puedan generar montos diferentes en pesos cubanos.
El nuevo esquema permite que la tasa se ajuste con el tiempo, en función de las condiciones del mercado cambiario. Esto introduce un elemento de variabilidad que antes no estaba formalmente reconocido.
En la práctica, significa que:
En la siguiente sección analizamos dónde y cómo se ejecutan estas operaciones, qué papel juegan los bancos y otros intermediarios, y qué debe tener en cuenta el receptor al momento de recibir una remesa.
Con el nuevo marco, las remesas no circulan de manera informal ni automática. Su ejecución está claramente canalizada a través del sistema bancario y financiero, que actúa como intermediario obligatorio en las operaciones de cambio.
Comprender quién ejecuta la operación, por qué vía y en qué momento se aplica la tasa ayuda a evitar confusiones y falsas expectativas.
Las operaciones de cambio vinculadas a remesas son realizadas por instituciones financieras autorizadas, que actúan en nombre del receptor. Esto significa que:
El intermediario no decide libremente el tipo de cambio, sino que aplica la tasa establecida para el día, junto con el margen comercial correspondiente.
El nuevo esquema reconoce distintas formas en que una remesa puede materializarse para el beneficiario:
En todos los casos, el elemento común es que la divisa se compra por el sistema financiero y se liquida su contravalor en moneda nacional.
La tasa de cambio que se utiliza es la vigente en el momento en que se ejecuta la operación, no necesariamente la del día en que se envió el dinero desde el exterior.
Esto introduce un detalle importante:
Por tanto, el resultado final en CUP puede variar aunque el monto enviado sea idéntico.
Para quien recibe una remesa, el nuevo sistema implica:
En la próxima sección veremos escenarios habituales y dudas frecuentes, con situaciones concretas que ayudan a entender cómo se aplica todo esto en la práctica cotidiana.
Con el nuevo mercado cambiario en funcionamiento, muchas de las preguntas que surgen no tienen que ver con la norma en abstracto, sino con situaciones concretas del día a día. Esta sección aterriza el marco general en escenarios reales, siempre dentro de lo que permite y define la normativa.
Cuando una persona envía dinero desde el exterior y el beneficiario recibe pesos cubanos, el sistema financiero ejecuta una operación de compra de divisas. La cantidad final en CUP se calcula usando:
El beneficiario no recibe la divisa original, sino su contravalor en moneda nacional según las condiciones del mercado cambiario de ese momento.
En algunos casos, el dinero puede llegar primero como fondos denominados en divisas o quedar pendiente de conversión. La conversión a CUP ocurre cuando se ordena o ejecuta la operación de cambio, no necesariamente el día del envío.
Esto implica que:
Si la remesa se convierte y se entrega en efectivo en pesos cubanos, el principio es el mismo: la divisa se compra por el sistema financiero y se entregan CUP al beneficiario. La diferencia está solo en el canal de entrega, no en la lógica cambiaria.
El nuevo marco permite despejar varias confusiones habituales:
Estas situaciones explican por qué muchas familias pueden notar diferencias en el monto recibido sin que haya un error en la operación.
En la siguiente sección veremos qué no cambia con el nuevo sistema, un punto clave para evitar malentendidos y expectativas incorrectas sobre las remesas en Cuba.
Aunque el nuevo mercado cambiario introduce reglas distintas para la conversión de divisas, no todo se modifica en la forma en que las remesas llegan a Cuba. Esta sección es clave para evitar interpretaciones erróneas y expectativas que la normativa no respalda.
El nuevo marco no establece una obligación automática de convertir toda remesa a CUP. La conversión ocurre cuando la operación se ejecuta como compra de divisas por el sistema financiero. Si la remesa se mantiene en divisas o se canaliza por vías que no implican conversión inmediata, el esquema no fuerza un cambio automático.
La normativa no crea una tasa permanente ni garantizada para las remesas. Al contrario, reconoce que la tasa:
Por tanto, no existe un “valor fijo” asegurado para futuras remesas.
El nuevo sistema organiza el mercado formal, pero no declara la desaparición de otras referencias de precios que existen en la economía. La norma se limita a regular cómo se ejecutan las operaciones cambiarias dentro del sistema bancario y financiero.
Enviar dinero desde fuera del país sigue siendo una transferencia o remesa internacional. Lo que cambia es el tratamiento interno que se le da a la divisa una vez que entra al sistema financiero cubano, no el acto de enviar en sí mismo.
El marco normativo define las reglas del mercado cambiario, pero no promete disponibilidad ilimitada de efectivo en pesos cubanos ni en divisas, ya que la ejecución de las operaciones depende de las condiciones operativas del sistema financiero.
En la siguiente sección reunimos las preguntas más frecuentes sobre remesas y la nueva tasa de cambio, con respuestas claras y directas.
El valor en CUP de una remesa depende de la tasa vigente el día en que se ejecuta la conversión. No existe un valor garantizado ni permanente.
No. La tasa que se utiliza es la del momento en que el sistema financiero ejecuta la operación de cambio, que puede no coincidir con el día del envío.
No. La tasa es la que corresponde al día y al segmento aplicable, formada por el intermediario según las reglas del mercado cambiario.
No necesariamente. La conversión ocurre cuando se ejecuta una operación de compra de divisas. No todas las remesas implican conversión automática.
Sí. El nuevo esquema permite ajustes periódicos, por lo que la tasa puede variar con el tiempo.
No. El banco actúa como intermediario y aplica la tasa vigente y el margen comercial definidos dentro del marco del mercado cambiario.
El nuevo mercado cambiario introduce un marco más estructurado para el tratamiento de las remesas en Cuba. La clave ya no está solo en cuánto dinero se envía desde el exterior, sino en cómo y cuándo se ejecuta la operación de cambio dentro del sistema financiero.
Para las familias, esto implica prestar atención a la tasa vigente, al momento de la conversión y al canal utilizado, entendiendo que el valor final en pesos cubanos puede variar sin que exista un error en la operación.
Comprender estas reglas permite tomar decisiones más informadas y evitar confusiones en un escenario cambiario que ahora funciona con criterios explícitos y procedimientos definidos.
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