
Cada año, millones de personas en Cuba y Florida deben ajustar sus relojes para adaptarse al cambio de horario que marca el inicio del período invernal. En 2025, este ajuste se realizará en la madrugada del domingo 2 de noviembre, cuando los relojes se atrasarán una hora.
Aunque parezca un cambio sencillo, la modificación impacta directamente en la rutina diaria, la coordinación entre ambos territorios y la organización del tiempo en hogares y centros de trabajo.
Saber cuándo y por qué se hace este cambio permite prepararse con antelación, evitar confusiones y adaptarse de forma más fluida a la nueva jornada.
Indice
El cambio de hora es una medida que consiste en adelantar o atrasar los relojes una vez al año con el propósito de aprovechar mejor la luz natural.
Durante los meses de verano, los relojes se adelantan una hora para extender la claridad del día, mientras que en invierno se atrasan para ajustarse al amanecer más temprano.
Prepárate: pronto se ajustarán los relojes en Cuba y Florida.
Esta práctica tiene un origen histórico asociado al ahorro energético y a la organización social del tiempo. Aunque hoy su impacto económico es menor, muchos países la mantienen por razones de sincronización internacional y estabilidad administrativa.
En el caso de Cuba y Florida, ambos territorios realizan el cambio casi al mismo tiempo, lo que mantiene la coordinación horaria entre ellos durante buena parte del año.
En Florida, el ajuste de horario se realiza dos veces al año:
El horario estándar se aplica a partir de la madrugada de un domingo de noviembre, cuando los relojes marcan las dos de la mañana y deben retrocederse a la una. Desde ese momento, los amaneceres ocurren más temprano y las tardes se oscurecen antes.
Este cambio se aplica a todo el estado, aunque Florida tiene dos zonas horarias: la mayor parte del territorio utiliza la hora del Este, mientras que el noroeste, en el área del Panhandle, se rige por la hora Central.
Aun con esa diferencia, el ajuste se realiza simultáneamente, de modo que todo el estado transita de manera coordinada hacia el nuevo horario.
Florida ha debatido en varias ocasiones la posibilidad de mantener un horario permanente de verano, pero la decisión depende de la aprobación federal. Mientras no se modifique la legislación, el cambio de hora seguirá vigente cada año.
En Cuba también se realiza el cambio de hora dos veces al año, siguiendo un calendario muy similar al de Estados Unidos.
La isla adelanta los relojes una hora en marzo para adoptar el horario de verano y los atrasa nuevamente en noviembre para regresar al horario normal.
Cuando llega el horario de invierno, Cuba vuelve a coincidir con la hora de la costa Este de los Estados Unidos. Durante los meses de verano, existe una diferencia de una hora entre ambos territorios, pero esa brecha desaparece con el ajuste de noviembre.
El cambio no solo tiene implicaciones prácticas —como la sincronización de vuelos, reuniones o transmisiones televisivas—, sino también una repercusión directa en la vida cotidiana: horarios laborales, escolares y domésticos se adaptan al nuevo ciclo solar.
Para muchas familias cubanas con parientes en Florida, este momento del año simplifica las comunicaciones y la coordinación de actividades. Las llamadas, videoconferencias y operaciones digitales vuelven a coincidir en el mismo huso horario, lo que reduce errores y confusiones.
Aunque muchos cuestionan su utilidad, el cambio de hora se mantiene por razones organizativas y de tradición administrativa.
En el pasado, el principal argumento fue el ahorro energético, al aprovechar más horas de luz natural y reducir el uso de electricidad en iluminación.
En la actualidad, los expertos coinciden en que el ahorro es mínimo, pero se conservan los beneficios relacionados con la sincronización global y el equilibrio social del tiempo.
Otro motivo es el impacto sobre los ritmos de actividad humana. Ajustar el horario permite alinear las jornadas laborales y escolares con las horas de luz disponibles, especialmente en países tropicales o subtropicales como Cuba, donde los días varían menos en duración pero el cambio mantiene una referencia estacional.
El cuerpo humano tiene un ritmo biológico que se adapta a la luz solar. Cualquier alteración en ese ciclo puede generar somnolencia, fatiga o desajuste durante los primeros días.
Dormir una hora más o menos puede parecer insignificante, pero influye en la concentración, el apetito y el rendimiento.
La recomendación más práctica es ajustar los horarios de descanso gradualmente, especialmente en los días previos al cambio, y mantener una rutina estable para facilitar la adaptación.
El cambio de hora puede modificar la percepción del tiempo disponible para trabajar, estudiar o realizar tareas domésticas.
En los primeros días, algunas personas sienten mayor cansancio o dificultad para concentrarse, mientras otras aprovechan la claridad temprana para adelantar actividades.
El horario de invierno, en particular, tiende a concentrar más luz por la mañana, lo que puede favorecer labores que requieren atención durante las primeras horas del día.
Para los cubanos que viven o trabajan entre ambos territorios, el cambio de hora tiene un valor práctico.
Durante el horario estándar, la coincidencia horaria simplifica transacciones bancarias, llamadas internacionales, reuniones virtuales y operaciones de comercio digital.
Muchas agencias de envío, empresas de paquetería y negocios familiares planifican sus horarios tomando en cuenta esa sincronización.
El cambio de hora en Cuba y Florida se realizará en la madrugada del domingo 2 de noviembre de 2025.
A las 2:00 a.m. los relojes deberán atrasarse una hora, marcando el fin del horario de verano y el inicio del horario estándar o de invierno.
Desde ese momento, los amaneceres serán más tempranos y las tardes oscurecerán antes, un ajuste que busca aprovechar mejor la luz natural durante los meses finales del año.
Sí. En ambos territorios el cambio es nacional y abarca todas las regiones, aunque en Florida existen dos zonas horarias.
En noviembre se atrasa una hora para regresar al horario estándar; en marzo se adelanta una hora para comenzar el horario de verano.
Durante los meses de verano, Cuba mantiene una hora de diferencia con Florida debido al cambio de horario estadounidense. Esa diferencia desaparece cuando ambos adoptan el horario de invierno.
En Florida existen iniciativas para mantener un horario permanente de verano, pero la decisión depende del gobierno federal. En Cuba, la medida podría modificarse por decisión nacional, aunque hasta ahora se mantiene estable.
Algunas personas pueden experimentar alteraciones del sueño o fatiga en los días posteriores, pero los efectos suelen desaparecer rápidamente. Mantener rutinas saludables ayuda a reducirlos.
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