Los efectos del cambio climático aparejado a la socavante actividad humana se hacen cada vez más visibles por la alteración del equilibrio de la naturaleza. Estudios científicos vaticinan sobre la “subsidencia geográfica”, algo que ya está ocurriendo en los EE.UU.
A raíz del cambio de los patrones climáticos se han hecho más frecuentes las investigaciones sobre tal efecto. Un nuevo estudio de Virginia Tech y el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) confirma la noticia de que la zona atlántica del país se está hundiendo, para lo que se efectuó una medición a lo largo de la costa este.
Tan catastrófica como desconcertante resulta la revelación que constatan, conforme al paso del tiempo, los científicos especializados inmersos en dichos análisis desde el 2007, y que ya habían alertado sobre el tema avizorando el aumento del nivel del mar de unos 30 cm desde el 2023 hasta el 2050.
Durante la investigación se confirmó el hundimiento gradual de la costa, fenómeno que se conoce como subsidencia, y lo que a su vez empeora la situación puesto que el incremento del nivel del mar aparejado a ello se torna sumamente peligroso y la infraestructura (dentro de un radio de de 100 km de la costa) corre el riesgo de hundimiento del terreno.
Durante el 2023 estudios publicados en la revista Nature Communications revelaron que la costa atlántica de Estados Unidos va descendiendo anualmente varios milímetros.
En Charleston -ciudad de Carolina del Sur- y la bahía de Chesapeake -mayor estuario de los EE.UU- se produce un descenso de hasta cinco milímetros al año; y en algunas zonas de Delaware, puede disminuir incluso el doble.
Según las indicaciones de estudios publicado en PNAS Nexus, algunas de las ciudades afectadas (Nueva York y Long Island, Baltimore, Virginia Beach, Norfolk) representan doble riesgo debido a la consecuente afectación que puede traer consigo para carreteras, cimientos constructivos, líneas de gas, tuberías de agua y líneas ferroviarias.
El autor principal de los recientes estudios, Leonard Ohenhen -estudiante de posgrado que trabaja con el profesor asociado Manoochehr Shirzaei en el Laboratorio de Innovación y Observación de la Tierra de Virginia Tech- señaló al respecto que el tema en cuestión debe alertar y preocupar sobremanera, puesto que se trata de “áreas con alta densidad de población y propiedad y una complacencia histórica hacia el mantenimiento de la infraestructura”.
Los análisis se erigen sobre datos medidos por satélites de radar espacial, sobre lo que se construyeron mapas digitales de la zona y el resultado muestra exactamente los terrenos de hundimiento y el riesgo para la salud de la infraestructura vital.
Asimismo, los resultados investigativos sobrepasan la actual tasa global de aumento del nivel del mar de 4mm anualmente, pues algunas zonas se hunden más de 5 mm, lo que afecta en promedio a más de 2 millones de personas y alrededor de 800.000 propiedades de la costa este.
El principal motivo del hundimiento del terreno es la extracción excesiva de agua subterránea, lo que provoca que la superficie se derrumbe. Sobre todo se detectó en zonas agrícolas, donde se extraen aguas subterráneas necesarias para regar cultivos.
Pero el hundimiento también puede ser provocado por procesos de extracción de petróleo, procedimiento que se lleva a cabo en la zona de Houston-Galveston (EE UU).
Los estudios de estos científicos arrojan datos sobre el efecto que estas acciones han tenido en San José, California, que ha desencadenado un descenso de la elevación hasta 12 pies (equivalente a 4 metros).
Tal suceso, unido al aumento del nivel del mar por efecto del cambio climático agravan la situación y podría ello representar, para el año 2100, una inundación de hasta 165 millas cuadradas (equivalente a 430 km cuadrados) de costa del Área de la Bahía.
Sabemos hasta cierto punto que la tierra se está hundiendo. A través de este estudio, destacamos que el hundimiento de la tierra no es una amenaza intangible. Puede ser gradual pero los impactos son reales.
señaló Shirzaei.
El problema de subsidencia o hundimiento aparejado al aumento del nivel del mar como consecuencias directas de la actividad humana y el cambio climático respectivamente, suponen una catástrofe de tamaña dimensión, potencialmente peligroso en un futuro próximo por los fuertes daños a la infraestructura y el riesgo de inundaciones.
El efecto acumulativo de ambos problemas sumado al crecimiento demográfico de la costa este estadounidense -que provoca a su vez el uso de mayor cantidad de agua aumentando la velocidad de hundimiento- derivan en un inconveniente de urgente solución.
Si bien el efecto del cambio climático no puede detenerse en totalidad, sí es posible atenuarlo y recurrir a paliativos para la subsidencia. En cuanto a ello, alertan Ohenhen y Shirzaei dirigido específicamente a la restauración del ecosistema litoral, que como cadena de salvación aminora consecuencias para frenar la actividad humana que produce la subsidencia.
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